Sala Lugones

Crítica de "La escuela del bosque" y el breve espacio en el que ya no estás

El escritor y realizador Gonzalo Castro regresa al cine tras "Dioramas" (2012) con una historia personal, filmada en blanco y negro, que se sitúa en un barrio de Barcelona, para hablar sobre espacios urbanos y corrientes migratorias.

miércoles 16 de noviembre de 2022

María (Guillermina Pico) vive en Barcelona con su hija Isabel, habita una atípica casona en el barrio de Gràcia, con un gran patio repleto de plantas y flores. Por alguna razón de contratos finalizados, alquileres desfasados y dueños que regresan al país, María e Isabel deberán mudarse. De Argentina llega Iara, la hermana de María, que se quedó en el país cuando ella decidió irse, haciéndose cargo de la madre de ambas. Mientras que a la vez, una sucesión de amigos, las visitan.

La escuela del bosque (2020) se construye de fragmentos, no hay una estructura lineal sino más bien disruptiva, con diálogos naturalistas enfocados en dos tópicos: las corrientes migratorias y los espacios que ocupamos. Una desfile de personajes que entran y salen de la casa, o se encuentran en otras, dialogan entre sí sobre cuestiones que tienen que ver con el arraigo, los vínculos, las relaciones sociales y la cultura fuera del lugar de origen.

Mientras que en paralelo una cámara escurridiza indaga en cada uno de los rincones de esos espacios que habitan, como si a través de ellos los personajes hablarán, y uno pudiera descubrir aquello que no dicen.En este nueva experiencia cinematográfica, Castro, que evita mostrar la ciudad en todo su esplendor, nos sumerge en una experiencia vanguardista, que por momentos hace recordar los movimientos estéticos de los años 60 pero corridos al 2020, como en una especie de nouvelle vague reconfigurada para los tiempos que corren.

6.0
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