Martín Miller y Teo Inama Chiabrando transitan la amistad y el amor en una historia “Sublime”

Los vínculos que las personas entablan entre sí a lo largo de sus vidas no son definitivos, de hecho, se caracterizan por su dinamismo, a partir de distintas circunstancias propias y ajenas que van sucediendo. En ciertas ocasiones esos cambios en las relaciones son semejantes entre ambas partes, mientras que, en otras, ocurren de manera dispar. Uno de estos movimientos se hace presente en la amistad de Manuel y Felipe, los adolescentes interpretados por Martín Miller y Teo Inama Chiabrando, respectivamente, en el filme Sublime (2022). EscribiendoCine dialogó en exclusiva con los jóvenes actores sobre sus experiencias en la entrañable historia escrita y dirigida por Mariano Biasin, que ha cosechado elogios en múltiples festivales.

LOS ELEGIDOS

La reciente pandemia tuvo un fuerte impacto en diferentes aristas de la industria audiovisual, y la realización de Sublime no fue la excepción. El largometraje que iba a rodarse antes del inquietante período se terminó realizando durante el 2021, con ciertas restricciones sanitarias que aún estaban vigentes. Por lo tanto, el tiempo de espera para la filmación implicó cambios en su elenco, ya que, un factor importante en el filme era la edad de los protagonistas. Se trataba de dos adolescentes, es decir, un tramo de la vida en el que los cambios físicos son constantes y acelerados.

A Martín Miller, que hoy tiene 18 años y vive en Saavedra (Capital Federal), Mariano Biasin lo conoció antes de hacer su ópera prima. El joven actor había participado en su cortometraje Calculations (2018), sin embargo, era muy chico para el personaje de Manuel en Sublime, entonces, en esa oportunidad, no fue convocado. Hasta que, tras retrasarse la concreción de la película por la pandemia, ambas partes se juntaron, hablaron del proyecto y probaron algunas escenas. Luego, llegó la ansiada noticia.

“En ese momento creo que estaba jugando a la PlayStation. Me llamaron mi mamá y mi papá (el productor Juan Pablo Miller) y me dijeron 'Mariano te quiere a vos, tenés que decidir si querés hacer la película'. Era algo muy importante y un camino muy largo que tenía que llevar. ¡No lo podía creer! Al principio había dudado en aceptar, porque en ese momento estaba jugando fútbol en un club, muy fanático. Tenía que parar de jugar y dedicarme a estudiar las escenas, además, no podía lesionarme. Por suerte decidí hacer el papel y acá estamos”, recordó el actor.

En el caso de Teo Inama Chiabrando, que actualmente tiene 19 años y reside en La Plata, fue elegido para Sublime desde la primera instancia. Todo se remonta a cuando él había hecho un personaje secundario en Los sonámbulos, el largometraje de Paula Hernández, en el que Biasin había sido asistente de dirección. Ahí entabló un buen vínculo con el cineasta y se enteró de su proyecto, más allá de que después tuvo modificaciones. Cuando vio que buscaban actores para dicho film, participó de los castings y fue seleccionado, pero todo se detuvo por la emergencia sanitaria. Desconociendo cuánto tiempo iba a pasar hasta poder grabar, y cuánto crecería, su participación en la ópera prima de Mariano era una incógnita.

“A fines del 2020 me volvieron a llamar, hicimos algunos encuentros y terminamos de definir el equipo. Cuando me confirmaron que había quedado nuevamente, me acuerdo de que mi mamá se había ido de vacaciones con mi hermana, entonces había invitado a un amigo a mi casa, para que se quedara conmigo. Estábamos en la pileta y me contacta Mariano. Le pedí a mi amigo que me esperara porque tenía un llamado, y ahí me enteré. Fue muy lindo, me re emocioné. Aparte le estaba metiendo un montón de ganas, sentí que todo el esfuerzo me dio una recompensa, ¡era gratificante!”, describió quien interpreta a Felipe en el film.

REDESCUBRIR LOS VÍNCULOS

Sublime sigue a Manuel, quien vive en un pueblo de la costa y tiene una banda de rock con sus mejores amigos. Uno de ellos es Felipe, que es como un hermano desde que son muy chicos. Sin embargo, poco a poco, Manuel siente algo nuevo, que le hace ver a su gran amigo con otros ojos, y surgen en él distintos impulsos, atracción y miedos, con la música como trasfondo. Tarde o temprano contener ciertos sentimientos se vuelve inevitable.

Respecto a los intercambios con su personaje, Miller planteó: “Manuel me enseñó a tener que decir las cosas y aclarar lo que te está pasando en la cabeza, no meterte para adentro ni contener en soledad sensaciones fuertes, hay que expresarlo de alguna manera. Y creo que le di mi mirada, siento que a veces mira como lo hago yo cotidianamente. Cuando ves su cara, refleja lo que le está ocurriendo. En mi caso, observo mucho las cosas”.

Por su parte, Inama Chiabrando manifestó: “Tuve una conexión linda con Felipe en torno a la amistad, ya que él es un amigo de fierro. Yo tengo pocos amigos, pero que están siempre, y yo igual para ellos. Mi personaje me hizo pensar en todas las cosas que le pueden pasar al otro, ya que él, hasta avanzada la película, no capta lo que le pasa a Manu. Tener esa empatía está bueno, yo también soy medio despistado, así que me hizo dar cuenta de que tengo que estar más atento a las señales y a lo que le puede pasar a la gente que quiero. Felipe nunca hace algo de 'mala leche', quizás no percibe esas cosas, entonces actúa de una manera que al otro le afectan”.

Para los protagonistas uno de los desafíos fundamentales fue la música, que tiene un rol preponderante dentro del relato audiovisual. Si bien, anteriormente, Martín había asistido a una escuela de música, solo sabía tocar un poco la guitarra, pero su personaje ejecutaba el bajo, por lo que se entrenó con el músico del film Emilio Cervini. Algo similar ocurrió con Teo, que había tocado la batería durante la infancia y en la historia debía ejecutar la guitarra, además de aprender a cantar. Ambos estudiaron con constancia y dedicación hasta alcanzar sus respectivos objetivos.

“Después, lo que más me costó con Manuel fue que, al ser muy para adentro y por momentos no transmitir las cosas que le pasan en la cabeza, tenía que ver cómo expresarlo. Del rodaje me llevo la hermosa experiencia de compartir un ambiente tan bueno, me hice muy amigo de mis compañeros. Todos los días terminaba agotado, aunque me iba a dormir contento, ya que, cuando las cosas salían bien, estábamos felices. Y nos ayudábamos mutuamente”, valoró Martín -quien también integró proyectos como Escondidos en el museo de Pakapaka.

Luego, Teo -que también fue parte de ficciones como Los que aman odian- agradeció: “Mariano me dio flexibilidad para agregarle ciertas cosas mías al personaje y jugar un poco con eso, ¡me sentía muy cómodo! En lo actoral, potencié muchas cosas, capaz yo interpretaba una escena de una manera y me enseñaban a hacerlo de varias formas. Antes de Sublime había hecho papeles secundarios en otras pelis, que también había disfrutado, pero fue distinto, y yo era más chico. Considero que el mayor aprendizaje que me llevé fue el disfrute al cien por ciento, saqué lo mejor de mí. Le tengo mucho cariño al director y, a su vez, se dio una atmósfera muy familiar con todo el grupo”.

ENTRE LA FICCIÓN Y LA REALIDAD

La adolescencia es una etapa bisagra entre la infancia y la adultez, con diversos cambios, luces y sombras, preguntas y respuestas, introspección y socialización, certezas e incertidumbres, y dichos aspectos atraviesan las vidas de los protagonistas. Y la música resulta una brújula, una guía, un refugio, una forma de encontrarse con el aprendizaje. De hecho, fuera de la ficción, esta manifestación artística acompaña diariamente a los actores que encarnan a los protagonistas. 

Sobre dicho período en su propia vida, Miller relató: “Siempre viví el presente, nunca pensé en qué iba a pasar después. Siento que fui un chico bastante seguro de mí mismo. La pandemia, el 2021 y el 2022 fueron años fuertes para mí, en los que me pasaron un montón de cosas, y creo que pude llevarlas bastante bien. Mis viejos estuvieron siempre ahí para apoyarme, y también mis amigos, mi novia. Así que soy feliz con lo que estoy viviendo, y con lo que viví”.

A continuación, Inama Chiabrando compartió: “Hubo cosas malas, pero traté de aprender de eso y de quienes estuvieron en esos momentos. Intento resolver con calma, sin desesperarme. Después, en cuanto a las cosas buenas, tengo un montón de anécdotas y recuerdos inolvidables con mis amigos. Tuve una adolescencia linda, jugué mucho tiempo al rugby en un club de La Plata, muy humilde, familiar, incluso tengo tatuado sus colores. Asimismo, el juego en equipo me ayudó a desenvolverme en otras cosas. Desde hace un año y medio que ya no puedo hacerlo por una lesión”.

IDENTIFICACIÓN ALREDEDOR DEL MUNDO

Antes de su estreno comercial en salas de cine argentinas, el film de Mariano Biasin recorrió numerosos festivales nacionales e internacionales. Entre sus destinos en el exterior, se encuentran: Colombia, Inglaterra, Uruguay, Estados Unidos, Suiza, Alemania, Polonia, Canadá, México, Japón, Chile, España, Francia, Turquía y Dinamarca. Además, recibió prestigiosos galardones, como el “Premio Sebastiane Latino” en el Festival de San Sebastián 2022, y el “Primer Premio - Sección Corte final” en Ventana Sur 2021.

“Estuve en Suiza y en España. En San Sebastián no lo podía creer, cuando se proyectó la peli la aplaudieron un montón, ¡estaba sorprendido! Nunca pensé que iba a vivir algo así, también una sensación muy rara de verme en pantalla grande. ¡Estaba viviendo un sueño!”, destacó el actor detrás de Manuel.

“Me etiquetan en páginas de festivales por los que vamos pasando y, luego, me llegan mensajes, como no entiendo mucho otros idiomas uso el traductor para leerlos. Mariano me iba contando cuando estaba en Europa que la gente le agradecía, no solo adolescentes, también gente adulta, por haber tratado este tema. Eso es muy lindo porque sentís que, de alguna manera, estás acompañando a quien la está pasando mal, a quien capaz no sabe qué hacer, o a quien le trae un recuerdo, ¡quizás hasta podés aprender de la peli!”, concluyó el actor detrás de Felipe.