Crítica de “El gerente”, fútbol y riesgo empresarial con Leonardo Sbaraglia

“Si argentina no clasifica al mundial te devolvemos el dinero de tu televisor” anunciaba la publicidad que disparó las ventas de unidades marca Noblex ante la irregular campaña de la selección nacional de Sampaoli. Con ese slogan el film de Ariel Winograd hace una fábula sobre la importancia del riesgo en la vida.

El protagonista indiscutible es Álvaro (Leonardo Sbaraglia), un avejentado y mediocre gerente que atraviesa una crisis existencial y física de mediana edad. Su vida gris lo obliga a confrontar profesionalmente con la joven Federica (Carla Peterson), una gerenta estrella que llega a la empresa a refrescar su imagen.

Obligado por la situación el veterano gerente lanza una campaña de marketing para vender televisores, que si bien produce ganancias descomunales en la compañía, despierta temor ante la inminente posibilidad de no clasificar al mundial y tener que devolver el dinero a sus clientes. La seguidilla de partidos fusiona la estructura deportiva de la película con la delgada línea entre el éxito y el fracaso de su protagonista.

En esta comedia dramática aparece el tano Pasman, aquel hombre que se hizo viral por sus insultos a la televisión luego del descenso de River Plate, puteando en la película ante cada partido fallido de Argentina. También entran muy bien en escena Ignacio Saralegui, el carismático compañero de Martin Piroyanski (que también tiene un pequeño papel) en Porno y Helado, y Valentín Wein (30 noches con mi ex) como el hijo adolescente de Álvaro, quien maneja la redes en la campaña de su padre.

El gerente (2022) funciona bien por su dinámica propuesta y por la buena performance de Sbaraglia, que compone un personaje atípico, poco carismático y logra generar de todos modos empatía. A través de sus pesares y amarguras la película transita con humor ciertos imaginarios funestos desarrollados por la trama, como que una empresa arriesgue sin garantías, la lealtad de empleados que creen en su jefe a ciegas y el egoísmo de su protagonista que busca el éxito profesional sin tener en cuenta los daños a terceros.

De manera acertada el guión de Patricio Vega (Hermanos & detectives) se recuesta en la segunda mitad en el buen manejo de Winograd para el vínculo entre padre e hijo, que el protagonista debe restaurar. De este modo se centra en el personaje y sus penas y así deja la Promo futbolera/empresarial como un simpático dato de color y nada más.