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Crítica de "Sagrada Familia", Manolo Caro aborda la maternidad en su trabajo más almodovariano

Manolo Caro, para muchos el Almodóvar mexicano, consigue con la serie de ocho episodios "Sagrada Familia" (2022) acercarse cada más al universo poético femenino del director manchego. Y con un resultado alentador.

lunes 17 de octubre de 2022

El creador de las exitosas La casa de las flores (2018 – 2020) y Alguien tiene que morir (2020) regresa con nueva serie tras el fracaso de Érase una vez... pero ya no (2022) en lo que sea, tal vez, su trabajo más ambicioso y almodovariano, ya no tanto por la forma estilística elegida para contar la historia sino por los recursos y giros narrativos empleados.

Ambientada a finales de los años 90, Sagrada Familia presenta a Gloria (Najwa Nimri en una actuación memorable), una mujer que se muda de Barcelona al barrio de Fuente del Berro en Madrid, junto a su bebé y Aitana, su au-pair. La recién mudada forjará lazos de amistad con otras tres mujeres a partir de un mismo denominador común: la maternidad. Pero ni Gloria, ni su idílica familia, son lo que dicen ser. Gloria esconde un terrible secreto que pondrá al descubierto lo que es capaz de hacer una madre para proteger a su "sagrada familia".

Najwa Nimri, Alba Flores, Álex García, Macarena Gómez, Álvaro Rico, Carla Campra, Iván Pellicer y los argentinos Miguel Ángel Solá y Laura Laprida protagonizan este melodrama que mezcla el misterio con el thriller para desarmar las múltiples formas de maternar y las dependencias que pueden generarse a través de ella. El abanico de tópicos incluye desde futuras madres que no tienen claro si quieren serlo a otras que abandonan todo por sus hijos, pasando por el alquiler de vientres, de bebés, de modelos heteronormativos, de madres sobreprotectoras, otras abandónicas, de madres solas, y de las que harían lo que sea por los hijos (o por ellas mismas).  

Caro no busca abordar la temática con realismo sino llevarla al extremo en favor de una narrativa sutil que se toma el tiempo necesario para presentar a todos los personajes con sus diversos matices, pero que también se permite construir tensión, abandonando el tono de comedia al que nos tenía acostumbrados para sorprender con el abordaje de temas escabrosos, tabúes, y salir airoso. Aunque sin abandonar el humor negro y la utilización de elementos pop en su estética.

Sagrada Familia, que va de menos a más, trae de regreso a un Manolo Caro más maduro y arriesgado en un verdadero juego de secretos y mentiras, manipulación y sacrificios, que lleva al espectador por los laberinticos recovecos de un obscuro thriller que no reniega de ser un culebrón, ni de las influencias del cine de Pedro Almodóvar y su Todo sobre mi madre.

8.0
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