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Crítica de “Rubia”, doloroso y perturbador retrato de la vida de Marilyn Monroe

El director de “El asesinato de Jesse James” (2007) no hace un homenaje a la figura de Marilyn sino que la convierte en mártir, en este angustiante retrato de sus traumáticas experiencias de vida.

miércoles 28 de septiembre de 2022

Basada en la también polémica novela de Joyce Carol Oates, Rubia (Blonde, 2022) no pretende basarse en una biografía sobre Norma Jeane -nombre verdadero de la actriz- sino en el libro que ficcionaliza los abusos sufridos por la diva de Hollywood. Con esta salvedad, Andrew Dominik nos sumerge en un tour de forcé desde el punto de vista de la protagonista para vivenciar sus padecimientos.

El film, decíamos, es angustiante y perturbador. No tiene ningún reparo en mostrar violaciones y abortos, de hecho busca la forma de meter al espectador dentro (el dentro se hace literal en un momento) de la piel de Marilyn Monroe. El abandono de su padre, figura que circula toda la trama y daña por ausencia (el gran villano de toda biopic), el trastorno psiquiátrico de su madre, y los hombres de su vida, marcan el periplo de la protagonista a lo largo de los extensos 166 minutos de duración.

Su breve infancia, su llegada a Hollywood y ascenso, el vínculo con los hijos de Chaplin y Edward G. Robinson, con el ex beisbolista Joe DiMaggio, con el escritor Arthur Miller y con el presidente de los Estados Unidos, John F. Kennedy, marcan el pulso de una película expresionista por demás, que busca impresionar al espectador desde una agresión audiovisual propia del más controvertido Lars Von Trier.

Es que Rubia brinda escasísimos momentos de respiro. La felicidad y el éxito de Marilyn Monroe quedan teñidos bajo el manto de los abusos padecidos. Una persona atrapada en su icónica creación, humillada psicológica y físicamente. Situación que genera una sensación de agobio constante en el cual se llega a pensar en la muerte como una salida para la protagonista. Este recurso efectista no quita poder visual a la película, cuyas imágenes quedan dando vueltas en la cabeza de quien se anime a transitar la odisea cinematográfica hasta el final.

La producción de Brad Pitt tal vez tenga que ver en esta forma de entender el cine. Recordemos que el actor también produjo 12 años de esclavitud (12 Years a Slave, 2013) cuando las injusticias sufridas por la comunidad afro en Estados Unidos era el tema predominante en Hollywood. Quien recuerde los innecesarios planos de la espalda desgarrada a latigazos de Lupita Nyong'o, entenderá las dolencias a las que se expone a Ana de Armas (de total entrega para el personaje) en tiempos de lucha por los derechos de las mujeres.

6.0
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