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Crítica de "Dheepan", los excluídos de Jacques Audiard

La trama se sitúa en un barrio de las afueras bajo el control del narcotráfico, con sus clásicas escaleras prohibidas, sus vigilantes sobre los tejados, su atmósfera repleta de armas preparadas para ser desenfundadas si es necesario. Sin embargo, esta jungla se relaciona bastante con la experiencia en la vida real de la que se ha extraído a Dheepan, el protagonista de la nueva película de Jacques Audiard, "Dheepan" (2015).

Crítica de "Dheepan", los excluídos de Jacques Audiard
viernes 02 de septiembre de 2022

Este fuerte personaje, antiguo jefe de sección de la rebelión de los tigres tamiles de Sri Lanka, e interpretado por el carismático Antonythasan Jesuthasan, permite al brillante cineasta francés disparar sobre dos temas que le importan mucho: la inmigración y la integración (la inmersión en territorio desconocido) y la violencia humana (la guerra de separatismo y el “pequeña” delincuencia de bandas). Esta mezcla esboza un retrato sin concesión del mundo y de Francia, que ofrece sobre todo la ocasión a Audiard marcar su hilo conductor: la reconstrucción de una célula familiar (que no lo es en su origen) al asociar piezas dispersas, y al extender una redefinición del futuro a través de los niños y la esperanza de una regeneración de una sociedad gangrenada por el caos y los trapicheos.

Presentada por un prólogo muy eficaz en Sri Lanka, en donde Dheepan deja tras de sí los cadáveres de sus camaradas de la deshecha guerrilla, hace pasar por su esposa a una mujer (Kalieaswari Srinivasan) y por su hijo a una niña (que ni siquiera son ellas mismos madre e hija) con la esperanza de que su engaño le otorgue fácilmente el derecho de asilo, la película se instala rápidamente en Francia.

El “héroe” de la película, tras ser un vendedor callejero, encuentra un trabajo como guardián de un edificio en un barrio problemático de las afueras. Yendo de un lado a otro observando y sin comunicarse verbalmente, en su desconocimiento casi total de la lengua francesa, los dos adultos se adaptarán progresivamente, aprendiendo también a conocerse mejor hasta empezar a amarse, mientras que la pequeña Illayal (Claudine Vinasithamby) avanza a mayor velocidad gracias a la escuela. Pero Dheepan verá cómo finalmente las actividades del tráfico de drogas que lo rodean lo obligarán a salir de su reserva y sus sueños de la jungla tomar una dimensión urbana brutal...

El guion, voluntariamente alusivo a la realidad del narcotráfico, pasa completamente a través de la mirada que pone sobre sus nuevos alrededores esta familia (que no es tal pero que se va a convertir en tal). En Dheepan, el mundo parece un círculo de humanos fundamentalmente semejantes, pero a quienes los conflictos tienden a separar. Y querer escaparse de esta parte arcaica no es cosa fácil. Ya que aunque el fuego destruye, también ilumina y calienta (el hogar).

Una idea que Jacques Audiard introduce en la pantalla con su conocida gramática cinematográfica (que mezcla el fondo con la fuerza), firmando un largometraje apasionante sin nunca juzgar a ninguno de los personajes, incluidos los menos brillantes, que no son más que el producto del espacio en donde existen.

Casi en silencio, sobre una línea de inquietud mantenida con gran pulso, la película se embala en sus escenas finales convirtiéndose en una especie de salvaje western moderno, pero antes, es paradójicamente el tratamiento muy superficial del tema de las bandas de delincuentes, algo que sorprende en la mirada de Audiard, más bien cercana generalmente a la profundidad y el detalle. Dheepan un reajuste sobre la gestación de la familia, que ve al cineasta, como a su personaje principal, intentar escapar de su naturaleza propia sin conseguirlo por completo.

6.0
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