Crítica de “Némesis/Samaritan”, Sylvester Stallone y un superhéroe legendario

Sylvester Stallone produce esta historia que le sienta perfecto a su figura. El inicio “animado” explica la lucha de los hermanos Samaritan y Némesis, figuras míticas griegas retomadas por La Biblia (el que ayuda sin pedir nada a cambio y su enemigo mortal), enfrentados y muertos en combate en el pasado. En el presente el pequeño Sam Cleary (Javon "Wanna" Walton), un niño de 13 años de un barrio marginal, cree reconocer en su anciano vecino al legendario Samaritan.

El vecino es Joe Smith (Sylvester Stallone), un tipo ermitaño que repara artefactos antiguos cuando no trabaja de recolector de basura para una empresa. Un personaje ideal para Stallone, el tipo humilde, de perfil bajo que ayuda al prójimo con pequeñas acciones cotidianas. Pero cuando Sam es amenazado por los pandilleros del barrio, Joe acudirá a socorrerlo demostrando sus superpoderes.

Némesis (Samaritan, 2022) es la mejor película de Stallone en mucho tiempo. Porque capta las características del héroe de acción que supo protagonizar en el pasado y porque las adapta a una historia contemporánea de superhéroes para adolescentes. Esa simbiosis está muy bien lograda también desde la realización, porque no faltan los golpes de puño cuerpo a cuerpo -como en los clásicos del actor- pero la tecnología digital le imprime velocidad a sus movimientos y la fantasía del relato justifica su fuerza descomunal y su capacidad de supervivencia.

Su superhéroe enfrenta a Cyrus (Pilou Asbaek), líder de los pandilleros que pretende continuar el legado del supervillano de la historia, que no es otra cosa que sembrar el caos mediante una violenta revuelta popular al estilo el Joker. Joe bajo la figura de Samaritan deberá detenerlo a golpe de puño, fiel a su estilo. El personaje cuenta con una marca identitaria, una máscara y un arma (un martillo), mientras que la postura eligida por este superhéroe, es el anonimato reforzado por su campera con capucha.

Hay un par de chistes con frases rematadoras, para bajar el tono dramático del asunto, y un momento de “consejo de vida” de Joe al pequeño Sam al estilo Rocky. Los efectos visuales están bien logrados y el giro argumental final funciona muy bien. 

Stallone parece haber hecho nuevamente una lectura acertada del cine contemporáneo para volver a insertar su figura legendaria en la producción cinematográfica actual. El héroe de antaño es ahora también, el superhéroe que faltaba.