Crítica de "Live is Life: la gran aventura", Dani de la Torre entre "Los Goonies", "Súper 8" y "Cuenta conmigo"

Protagonizada por los adolescentes Adrián Baena, Juan y Raúl del Pozo, David Rodríguez y Javier Casellas, Live is Life: la gran aventura (2022), que se ambienta en el verano de 1985 en la Galicia rural, se centra en Rodri, un muchacho que, como todos los años, viaja en vacaciones al pueblo de sus padres para reencontrarse con sus amigos. Pero ese año todo cambia. Los problemas del mundo real se hacen presentes en sus vidas: la muerte, la economía y los amoríos obligan a los muchachos a vivir unas vacaciones diferentes. Los cinco amigos planean escapar  la noche de San Juan en busca de una flor mágica que, según dice la leyenda, crece en lo alto de una montaña y puede hacer que los deseos se hagan realidad. Esa aventura los cambiará para siempre.

Albert Espinosa (Pulseras Rojas, Héroes, Planta 4ª) adapta diversos textos y relatos de su autoría que dan como resultado una coming of age mezcla de Los Goonies (Richard Donner, 1985) con Cuenta conmigo (Rob Reiner, 1986) y la fantasía de Súper 8 (J. J. Abrams, 2011), donde sus tópicos preferidos como el cáncer, la muerte, el despertar sexual, el amor y la amistad incondicional vuelven a estar presentes. De la Torre, un realizador acostumbrado al thriller y la acción, sale de su zona de confort y cambia de género (más allá de alguna que otra secuencia) y nutre la película de un tono agridulce, aventurero, que de como resultado un melodrama efectivo (y efectista) que busca ser un espejo entre espectadores y protagonistas.

Live is Life, cuyo título rinde homenaje al icónico tema de la banda Opus lanzado en 1984, es una de esas películas de manual donde el factor sorpresa no existe y todo sucede de manera esquemática y predecible, pero sin defraudar y evitando (pese a todo) la lágrima fácil. En síntesis, Live is Life es una propuesta familiar y generacional que se conjuga de manera perfecta. Por un lado busca atraer a niños y adolescentes con la aventura y, por el otro, también a sus padres con la nostalgia ochentosa que la envuelve.