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Crítica de “El contador de cartas”, las obsesiones de Paul Schrader con Oscar Isaac

Después de la genial “First Reformed” el guionista de “Taxi Driver” regresa con otro film sobre la imposibilidad de obtener la redención.

Crítica de “El contador de cartas”, las obsesiones de Paul Schrader con Oscar Isaac
miércoles 07 de febrero de 2024

El cine de Paul Schrader está atravesado por un manto de pesimismo. Para él los errores del pasado obligan al protagonista a fracasar una y otra vez en sus intentos de obtener una segunda oportunidad. El pasado siempre vuelve y los pecados tarde o temprano deben pagarse.

La culpa cuelga sobre la espalda de sus protagonistas como una enorme cruz. “Todo jugador de póker puede asistir disfrazado a la mesa, pero al tirar las cartas su alma se revela” dice William Till (Oscar Isaac, que se afirma como uno de los mejores actores de su generación por su versatilidad e intensidad). El personaje estuvo en el infierno, o al menos así describe a la prisión ilegal donde oficiaba de torturador, cometiendo actos que, dicho por él mismo, son injustificables. Después de cumplir su condena legal, aún falta cumplir la condena espiritual, por eso deambula como un fantasma por los casinos jugando cartas, con la habilidad de contarlas, adquirida en prisión.

Cuando aparece Cirk (Tye Sheridan), un chico cuyo padre fue compañero de William, el pasado regresa. Cirk le pide ayuda para matar al Major John Gordo (Willliam Dafoe), quien los transformó en despiadados torturadores, y además vive gozosamente sin ser condenado por sus actos. William se propone juntar dinero en un tour por los casinos, con la ayuda de La Linda (Tiffany Haddish), para reencauzar la vida del muchacho vengador y así, perdonarse a sí mismo por su tormentoso pasado.

El film es como su personaje, lento, meticuloso, obsesivo, parco y frío. Cuestión que le resta fluidez narrativa al relato y lo sumerge en un denso y oscuro letargo. Schrader ha expresado la necesidad de quitar la segunda oportunidad construida por los géneros de Hollywood. La “película de apuestas” propone la metáfora de “la jugada del destino” para que el personaje pueda reinventarse gracias al azar y la fortuna. Aunque esto no sucede en El contador de cartas (The Card Counter, 2021), donde el golpe del destino es siempre a la yugular del protagonista. Los erráticos intentos del pecador por conseguir la ansiada salvación terminan siendo en vano.

La película producida por Scorsese y presentada en el festival de Venecia es una nueva incursión de Schrader en la temática. La variedad de los oficios de sus personajes (taxista, sacerdote, jugador de cartas) es una excusa para bucear en los distintos universos y profundizar en su recurrente obsesión por el tema.

7.0
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