Crítica de "Hijas de la comedia", Victoria Carreras tras los pasos de sus ancestras y la actuación

Victoria, hija de Mercedes y hermana de María y Marisa, es parte de un clan, pero no solo del "Carreras", sino de un clan de actrices que se remonta a siglos atrás. Una crisis personal la induce a buscar en las razones que llevaron a todas las mujeres de su familia, que menos una, tienen el denominador común de llamarse María, a dedicarse a través de los años a la actuación. Así comienza a bucear en el pasado, con constelación familiar incluída, hasta llegar al origen de todo.

La actriz y directora rompe con el dispositivo documental para dejar en claro que la historia está narrada con elementos ficcionales mostrando ensayos, retomas y hasta el detrás de escena de lo que será el documental, pero también que aquello que se narra es producto de una exhaustiva investigación focalizada en las mujeres que integraron la familia y cuyo linaje comienza tres siglos atrás con una mujer, Matilde Diez, la gran actriz del Madrid isabelino, nacida en 1818 y que conoció el éxito cuando aún era una niña.

Carreras propone con Hijas de la comedia (2021), co-escrita junto a Alejandra Marino, una road movie, personal e íntima, por la historia de las ancestras de su familia, del teatro, de la actuación. Un viaje entre Buenos Aires y España, entre pasado y presente, entre teatros y lo que fueron de ellos, para completar las ramas de un árbol genealógico y encontrar la raíz de la vocación. De ella y de todas.