Crítica de “Anteojos negros/Occhiali neri”, terror bizarro de la mano de Dario Argento

Anteojos negros (Occhiali neri, 2022) es un proyecto de larga data que Argento culmina gracias a la ayuda de su hija Asia, que produce e interpreta un personaje secundario. Se trata de un giallo muy clase B, mal filmado y con un guion ridículo que no tiene pies ni cabeza. Todo parece una excusa para mostrar los pechos y piernas de Ilenia Pastoreli, la protagonista del film.

Un asesino de prostitutas revoluciona la ciudad. A punto de ser su cuarta víctima Diana (Pastorelli) huye en auto pero un accidente la deja ciega al chocar con una familia de chinos. El único sobreviviente es el chico, ahora huérfano, Chin (Zhang Xinyue) que queda al cuidado de Diana, conformando una extraña familia con su perro lazarillo.

A los 81 años Argento escribe el guion junto a Franco Ferrini de 78, de una historia que es apenas un revival de sus mejores giallos (con reminiscencias puntuales a El gato de las nueve colas) pero lleno de incongruencias narrativas. El festival de tripas, primeros planos de cuerpos que brotan sangre y una música genial de Louis Siciliano (que toma los tradicionales acordes de sus clásicas películas y les imprime una base tecno), no alcanza para ocultar el desgano para resolver situaciones de manera verosímil.

No hay que esperar nada nuevo de este film coproducción entre Italia y Francia, simplemente es un regreso a un cine viejo desde sus formas pero también desde sus contenidos. Las exuberantes prostitutas que se acuestan con hombres viejos y gordos, los policías inútiles e inoperantes y las damiselas en apuro que sólo pueden poner el grito en el cielo. Ideales de antaño en una producción del siglo XXI.

Ahora si uno puede superar ese escollo y quiere ver los tópicos del veterano director italiano en un solo film, a modo de resumen torpe y desprolijo, puede pasar un rato entretenido con esta película que solo funciona como una sombra de lo que alguna vez Argento supo filmar.