Protagoniza “El último zombi”, de Martín Basterretche

Matías Desiderio resiste ante una infección zombi

“La clave estaba en pensar que lo que hacía estaba sucediendo, con una especie de fervor y credulidad fantástica”, planteó el actor.

Matías Desiderio resiste ante una infección zombi
miércoles 06 de abril de 2022

El bosque y la playa son destinos que suelen despertar sensaciones de libertad y tranquilidad en los turistas, ya que allí pueden poner en pausa sus ocupaciones cotidianas y relajarse en contacto directo con la Naturaleza. Sin embargo, el especialista en genética Nicolás Finnigan no percibe lo mismo, debido a que arriba a dichos lugares para resolver un misterio que puede poner en peligro a la Humanidad. Detrás del científico se encuentra Matías Desiderio, que también afronta un enigma y un reto en su trayectoria artística: un protagónico en una película de género por primera vez. En una entrevista exclusiva con EscribiendoCine, el actor se refirió a su trabajo en El último zombi (2022) del realizador Martín Basterretche.       

UN NUEVO CAMINO

Una convocatoria, una charla y un desafío. Esos tres elementos resultaron relevantes para Matías Desiderio a la hora de ser parte de El último zombi, el film dirigido por Martín Basterretche, que fusiona drama, fantasía y terror. En primer lugar, el actor recibió la propuesta por parte de su representante mientras estaba trabajando en Los Ángeles, luego, leyó el guion y le encantó. Más tarde, tuvo una conversación de alrededor de dos horas con el realizador audiovisual a cargo del largometraje, que le adelantó sus ideas, la construcción para el personaje y el significado personal de dicha historia, entre otras cuestiones. Si bien estos aspectos ya sonaban atractivos para Matías, el broche de oro fue la posibilidad de ahondar en el cine de género, algo que hasta ese momento no había experimentado. 

“Para mí es muy importante, aparte de leer el guion varias veces y comprenderlo, hablar con el director, porque es una historia que va a ser interpretada por él, de qué manera ve los personajes y qué quiere de cada uno. Además, empecé a ahondar en qué le pasa a mi personaje, Nicolás, los caminos que recorre, cuáles son sus objetivos y qué lo sorprende, ya que hay una sorpresa, no solo para el público, sino también para los personajes. De repente, de un día para otro, aparecen zombis, y eso era algo nuevo y muy interesante para transitar”, destacó el actor.

La película, basada en un guion original de Melina Cherro y Basterretche, sigue a Nicolás Finnigan, un especialista en genética que llega a una vieja hostería de un balneario apartado para investigar una infección que podría arrasar al planeta entero. Allí, se encuentra con personas que alientan u obstaculizan su misión. Él es el último en resistir y tiene el tiempo justo para escribir una historia que quizá nadie llegue a leer, debido a que, pronto, todos seremos zombis.

EL ELEGIDO

Para aproximarse a Nicolás y su entorno, Matías no solo emprendió la investigación por medio de la lectura de libros y la visualización de películas, sino que, también, recorrió instituciones médicas. Él veía a su personaje como alguien apasionado, conservador, pacato y pulcro. A partir de dichas características internas, sumadas a particularidades externas como el uso de anteojos, construyó sus comportamientos y movimientos ante las diferentes circunstancias.

Más allá de las distancias entre su personaje de la ficción y él fuera de la misma, Desiderio, durante el armado de Finnigan, estableció un punto de contacto: “Tenía que ver con una parte heroica que en un momento le sale y no sé si yo la tengo, pero, tal vez, fantaseo con que me gustaría tenerla. Desde ese lugar me encontré con algunas decisiones que él toma, que creo que las hubiese tomado yo”.

Aunque, como Nicolás no transita su vida solo, sino con otros personajes que habitan la vieja hostería del balneario, antes del rodaje, Matías emprendió junto a sus compañeros de reparto y director una serie de ensayos que arrancaron ni bien pisó suelo argentino y se extendieron durante una semana. En dicho contexto se trabajaron las relaciones entre los individuos del relato, principalmente en duplas, viendo si funcionaba la química y nivelando las energías en torno a lo que se buscaba transmitir. A partir de esas bases se llevó adelante el rodaje, en el que algunas escenas se practicaron directamente en el set, lo que significó un interesante desafío para el reparto y, a su vez, brindó frescura a las secuencias frente a cámara.  

“Como en toda película, tracé una especie de mapa, ya que siempre es muy importante saber de dónde vengo y hacia dónde voy, estar en sincronización con la parte de la historia que se está contando, esa es una gran ayuda porque el cine se filma 'salpicado'. También es clave hacerse amigo del equipo, del continuista, del director, que acompañan y ayudan a que uno tenga un registro del trabajo, porque el cine es una cuestión de equipo, todos nos necesitamos y retroalimentamos”, planteó el protagonista de El último zombi.

El largometraje se rodó durante alrededor de un mes en diferentes locaciones emplazadas en La Plata. Allí se generó el ambiente apocalíptico al que alude el relato, y los actores se sumergieron en una atmósfera ficticia cargada de tensión. “La clave estaba en pensar que lo que hacía estaba sucediendo, con una especie de fervor y credulidad fantástica. Todos veíamos un tipo disfrazado de zombi, pero actuábamos y nos creíamos en ese momento que el tipo era un zombi, había una especie de poética en ese tipo de escenas. Había que abrazarse a eso y saltar a la pileta como un niño”, contó Matías.

ENTRE LA ESPECTACULARIDAD Y LA REFLEXIÓN

Respecto a su vínculo, como espectador, con películas o series que abordan historias que incluyen zombis, indicó: “No soy un gran consumidor ni tampoco un fanático de las películas de zombis, pero sí he visto, las clásicas, y la he pasado muy bien. A mi hijo en un momento de su niñez le encantaban, así que veíamos muchísimo juntos. De todas formas, El último zombi, a mi criterio, tiende a ser un drama con zombis, podría ser tranquilamente una película dramática si le sacamos estos personajes, y se sostiene”.

Hay ocasiones en las que géneros, como la ciencia ficción, la fantasía o el terror, refieren a ciertos tópicos y problemáticas cotidianas, pero con un manto de espectacularidad, por lo que, si luego los espectadores lo quitan, más allá del entretenimiento, pueden reflexionar sobre determinadas cuestiones de la Humanidad. Esto ocurre con algunos tópicos presentados en el largometraje ficticio a cargo de Basterretche.

“Si bien no hay zombis en la realidad, la película nos muestra que esas situaciones existen, han sucedido, y ni que hablar con la pandemia que nos tocó vivir muy fuerte, estamos de camino a la salida, sin haber salido. El miedo a lo desconocido, lo apocalíptico, esta fuerza que no sabemos manejar, dudas y miedo, la solidaridad entre nosotros, son temas que toca la película y nos pasan a todos, lo hemos visto en los últimos años. Lo veo a mi personaje corriendo y podría tranquilamente estar corriendo por una situación real de esa misma manera”, comparó el actor.

Por otro lado, ante la pregunta de qué haría él, en un plano imaginario y fuera de la película, si sabe que en pocas horas sucederá algo apocalíptico, confesó: “No lo sé, y no puedo saberlo, porque me da la sensación de que ese tipo de reacciones suceden cuando uno está en esa situación, y gracias a Dios no nos ha pasado, entonces es una incógnita. Podría caer en el lugar común y decirte que trataría de disfrutar lo más posible antes de que algo me pase y todo se termine, pero no lo sé. Creo que lo más certero que puedo decir es que, seguramente, en ese momento, no voy a saber qué hacer”.

UNA SEGUNDA VUELTA

En 2005, llegó a las salas de cine Palermo Hollywood, el film dirigido por Eduardo Pinto y protagonizado por Desiderio, Brian Maya y Manuela Pal. El relato se centra en dos criminales de Buenos Aires, Pablo y Mario, que llevan a cabo un secuestro sin experiencia y las cosas les salen mal. De ahí en adelante, todo en sus vidas son complicaciones.

Casi dos décadas después, el largometraje se estrenó en Netflix y cosechó destacadas repercusiones. “No esperábamos que apareciera en la plataforma, durante dos semanas estuvo entre lo más visto de Netflix, y revivió el personaje en la calle y en las personas. Nuevas generaciones pudieron ver la película, lo cual estuvo genial, ver a chicos que cuando se estrenó Palermo Hollywood tal vez tenían dos o tres años, y ahora la veían ya convertidos en adultos y disfrutándola, ¡ha sido un regalo, sin duda!, algo que parecía que estaba guardado en un cajón, tomó vida y revivió en la gente. Y nos sorprendió el éxito que tuvo, de hecho, tuvo más la segunda vez que la primera”, compartió el protagonista.

En cuanto a qué ve cuando se ve en aquella película en pantalla, con todo el tiempo transcurrido, reflexionó: “¡Veo muchas ganas de trabajar! Lógicamente uno siempre corregiría algunas cosas, pero veo pasión, ganas, criterio, la verdad que Pablo me gusta muchísimo, al igual que otros personajes que fueron motor de los próximos. Uno va aprendiendo y, en el mejor de los casos, mejorándose. La profesión siempre fue un refugio en el que encontré, y encuentro, mucha felicidad, le estoy muy agradecido”.

DE PALERMO HOLLYWOOD A LOS ÁNGELES

En el marco de su recorrido festivalero, la película a cargo de Eduardo Pinto fue seleccionada en el Festival de Cine de Sundance y, la presentación en dicho certamen, abrió una nueva ruta en el camino artístico de Matías. Así fue que empezó a trabajar en la ciudad estadounidense, a conocer nuevos colegas y a ampliar el abanico de ofertas laborales, complementándolas a las propuestas argentinas. 

Uno de sus proyectos destacados en el exterior fue el cortometraje abocado a la moda Ivanka: If We Ever Meet Again, para la apertura del New York Fashion Week, ya que ahí no solo encaró la actuación, sino también la escritura y dirección. Y la fusión de roles la continúo explorando a través del largometraje Car 24, aun sin fecha de estreno confirmada, donde llevó a cabo la actuación protagónica, la dirección, el guion y la producción.

“Fue muy cansador y desafiante, tuve mucha ayuda de mis compañeros. Ha sido realmente un trabajo pretencioso que lo tomé con mucha humildad y seriedad, la verdad no volvería a hacer todos esos roles simultáneamente, pero lo recomiendo porque es una gran escuela. Creía que podía hacerlo y era un proyecto muy personal, que escribimos con mi socio amigo, que es director y actor, Salvatore Di Costanzo. Empezó siendo un corto, se sumó gente, y terminó siendo un largometraje, ha quedado muy bien. Me parece que esas ganas que teníamos en ese momento traspasan la pantalla, eso es interesante”, manifestó.

MUY PRONTO

Entre otros proyectos, el actor aguarda el estreno de What the waters left behind- Scars, la secuela del film de terror Los Olvidados, que tiene en la dirección a Nicolás Onetti y Matías Salinas, y nuevamente se rodó en Epecuén. Esta vez, la historia comienza tras una desafortunada gira de una banda de rock, cuando uno de sus integrantes pierde la cabeza al ser seducido por una chica del lugar. Esta situación desata conflictos entre los integrantes de la banda, e inesperadamente terminan varados en el pueblo.

Te puede interesar
Últimas noticias
MÁS VISTAS