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Luciano Romano y el vínculo entre padre e hijo en "Última Pieza"

Después de un amplio recorrido por festivales latinoamericanos se estrena la ópera prima de Luciano Romano sobre la relación de un joven peón de albañil con su jefe y figura paterna Edgardo, quienes trabajan en el oficio de la construcción.

Luciano Romano y el vínculo entre padre e hijo en "Última Pieza"
lunes 04 de abril de 2022

¿Como fue el trabajo de guion?
El trabajo del guión se desarrolló mediante varias versiones. Alrededor de tres versiones diferentes. Y cada una de esas versiones trataban historias diferentes enmarcadas en el contexto de la construcción. Solo dos de las versiones incluían la relación simbólica entre padre e hijo. La versión final se terminó con dos factores; primero se definió tomando elementos de esas dos versiones, combinándolas manteniendo la triada padre, hijo y cliente. Mientras cerrábamos la escritura de la versión final, encontramos la locación que iba a ser parcialmente mostrada como el lugar de trabajo, el galpón donde se rodó. Al tener la locación, recorrer el espacio, ir varias veces a tomar fotos y demás, decidí que la historia podía transcurrir en un solo espacio. Y tuve que volver a modificar esa versión final que tenía muchas más locaciones. De alguna manera, “el afuera” nos terminó de dar el empujón final. Se reescribió muchas veces la escaleta para ir viendo la progresión escena a escena. Como nunca había escrito un largometraje, tenía la teoría en la cabeza, pero en la práctica surgieron problemas que tenían que ver con el accionar de los personajes. Hacerlos “caminar” de un lugar a otro en el sentido dramático. Y cómo en ese andar se encadenaba cada escena. Muchas decisiones que estaban en el guión se rodaron pero quedaron afuera y a su vez el guión se volvió a escribir con el montaje y con la post de sonido. 

¿Cuándo decidiste articular el vínculo padre e hijo con la pieza que se construye?
Lo decidí cuando entendí que tenía que escribir sobre algo que conozco, basándome en los materiales propios que tenía en notas, cuadernos, fotos, videos, etc. Yo trabajo de albañil, pintor, durlero y a veces de plomero. El oficio lo aprendí con mi papá en la adolescencia. Y al mismo tiempo; desde más chico, filmaba cortos en vhs. Trabajar con mi papá sin saber nada me permitió observar toda la dinámica en el trabajo durante un tiempo. Estaba en primera fila. Trabajaba y observaba, salía del trabajo, llegaba a mi casa y tomaba notas. Después de un tiempo, llega un punto donde uno se independiza de su mentor porque siente que ya aprendió algunas cosas para poder manejarse solo, me dije, “ya que tengo que trabajar tantas horas, aprovecho para tomar registros sobre este contexto laboral pero sin mi papá, sino entrando yo como actor, algo seguro voy a poder hacer”. Mientras pasaba todo esto, yo cursaba de noche la carrera de Diseño de Imagen y Sonido en FADU. En la cursada de una materia,  ya había realizado un cortometraje con la misma temática que fue el puntapié inicial para el largo. Después, con el largometraje en etapa de desarrollo, tome los autoretratos como albañil que venía haciendo, auto filmándome con el celular, y sume los problemas diarios de vivienda, trabajo, familiares, etc. Esos registros caseros documentales, fueron notas audiovisuales sobre posibles historias con la construcción como contexto. Creo que en ese punto se cruzaron ambas líneas, las películas y yo mismo como trabajador. El resto, que no es menor y que fue lo más complejo de hacer, fue indagar y preguntarme sobre el camino recorrido hasta ese punto, y qué tipo de película iba a escribir. Con muchas idas y vueltas, me convencí  que el vínculo que tenía que retratar era no solo el del hijo independizado, sino también el del padre/patrón y cómo esas dos visiones diferenciadas sobre el trabajo, entraban en conflicto por diferentes motivos. Ya conocía gran parte del trabajo con mi papá, y otra gran parte del trabajo de forma independiente sin mi papá.  

Es tu tesis de la facultad, ¿cuánto tuvo la formación académica que ver en la realización?
Tuvo mucho que ver porque siempre sentí el apoyo de la cátedra Gismondi. El seguimiento que nos hicieron los docentes fue notable y muy puntual. Lo que sucede es que siempre que se tiene que escribir un guión enmarcado en la Facultad, el proceso es lento y se tiende a extender muchísimo, porque todos querían que el proyecto se pueda concretar a fin de año de la mejor manera posible. Empezamos la cursada en Marzo/Abril y en Noviembre de ese año estábamos rodando pero hay que tener en cuenta que yo venía trabajando la historia desde antes complementando con otras materias de la carrera para llegar mejor a ese año dónde sabía que tenía que hacer una película. Al momento de hacer una tesis se ponen en juego muchos factores, todo el aprendizaje y todo lo que uno sabe o cree que sabe, puede entrar en riesgo porque en mi caso al menos, nunca había escrito y dirigido un largometraje de ficción.  

¿Y tu experiencia personal?
En su momento fue difícil, pero había que enfrentarlo. Ya lo tenía decidido, y cuándo te subís al tren de producir una película independiente, nunca terminas de saber si realmente es la mejor manera de llevar adelante un proyecto audiovisual. Pero es un camino que existe y creo que hay que recorrerlo. Si terminaba la carrera sin haber pasado por una experiencia así, para mí no tenía sentido los 10 años que me llevo formarme. Era como una prueba de fuego para ver si todas las convicciones que tenía y sigo teniendo con respecto a la realización cinematográfica, tenían cimientos sólidos o si eran un castillo de naipes. Creo que saber lo que querés escribir y rodar no es tarea fácil. Hay que rodar, si tenes algo para decir, sino no. Es un ejercicio doble, formarse, leer, llenarte de conocimientos, ver películas e indagarse  uno mismo  para conocerse cada día un poco más.   

¿Qué complicaciones trae que sea una producción independiente?
Trae todas las complicaciones que uno se pueda imaginar. Porque en primer lugar se necesita un capital monetario para filmar, una base mínima para manejarse. Mientras yo estaba cursando la materia dónde desarrolle la tesis, seguía trabajando y trataba de ahorrar lo más que podía para llegar al rodaje de la mejor manera posible, mientras Melanie Flood, la productora, hacía lo mismo y además buscando otros recursos. Entonces siempre estás obligado en este tipo de producciones a pensar dos, tres, y hasta diez veces las cosas para ser creativo económicamente y artísticamente. Por esto, al encontrar la locación, se tuvo que volver al guión para simplificar la unidad espacial, esto nos aliviano tener que ir a varias locaciones a rodar, porque todo iba a ser en un espacio. Recuerdo que en una de las versiones del guión, Edgardo estaba postrado en la cama en su casa y eso se tenía que mostrar. Al conseguir la locación, decidí que eso iba a estar fuera de campo, solo mencionado en un llamado de teléfono a Rodrigo. Así, hubo miles de decisiones; simplificando lo más que se podía sin traicionar el deseo de lo que quería contar. Como se dice, la falta de recursos, te obliga a pensar creativamente tratando de mantener siempre un estándar de calidad en la luz, la cámara, el arte, el sonido, etc. Creo que tuvimos un gran equipo técnico que entendía perfectamente lo que estábamos haciendo y el tipo de producción que era desde el primer momento y eso se mantuvo hasta el final.

La película podría ser una obra de teatro, pocos personajes, pocas locaciones, ¿pensaste la posibilidad de hacer una puesta en teatro?
No lo pensé, pero lo voy a pensar. Pienso que menos es más y mucho más en las películas. En el teatro se manejan otros códigos de expresión que el cine toma y modifica para la cámara. Cuando se terminó el montaje final de la película, y después de haberla visto millones de veces, lo que sí pensé es que hay decisiones más acertadas que otras. Y hubieron unas semanas después de terminar el montaje donde pensaba que podía re escribir la historia de otra manera porque había aprendido a montar de otra manera. Como haciendo un camino inverso. Tal vez esa reescritura pueda tener otro formato y le dé más expansión, pero aún no lo sé.  

¿Qué recomendaciones podes dar a futuros estudiantes?
Recomiendo si se lanzan a hacer proyectos audiovisuales auto gestionados, que estén tranquilos y que aprendan a delegar tareas entre los miembros del equipo. Generar un buen ambiente de trabajo es de lo más importante, generar confianza en los demás es igual de importante que tener confianza en uno mismo. No entrar en conflictos innecesarios. Mantener la humildad y a la vez, dejar en claro que quieren contar y por qué, con seguridad. Conózcanse lo más que puedan. Y por último, que los directores y directoras, atraviesen el camino de la distribución de la película que hicieron, recorran ese camino que es la etapa final de toda producción audiovisual.

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