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Crítica de “Aguas profundas”, el miedo del machirulo con Ben Affleck

El director de “Atracción fatal” e “Infidelidad” dirige otro conflicto de pareja con tintes de thriller en tiempos de feminismo.

sábado 19 de marzo de 2022

Ya no alcanza con una infidelidad para amenazar una pareja como sucedía en los films de Adrian Lyne de los noventa. Ahora el miedo y obsesión del padre de familia es no poder controlar a su mujer, que goza en fiestas bailando con otros hombres mientras el tipo lava los platos.

Con esta premisa actualizada Aguas profundas (Deep Water, 2022) pretende contar una historia que ya no tiene razón de ser, que por más actualización de época que tenga se percibe pasada de moda. 

Ben Affleck es Vic, un millonario introvertido que tiene mucho tiempo para obsesionarse con su impulsiva esposa Melinda (la actriz cubana-española Ana de Armas), una mujer de “otra cultura” como la define la propia película para justificar su espíritu extrovertido. Ella coquetea con cuanto hombre joven conoce mientras su marido hace las tareas del hogar: cocina, lava los platos, se ocupa de su pequeña hija, etc.

Sucede que lo que a simple vista es una actualización termina reafirmando el discurso machista de antaño: la mujer sexualizada casi ninfómana se convierte en un peligro para la tranquilidad del hogar. Su marido en vez de sentarse a dialogar con ella elige manipular uno a uno a sus pretendientes.

La segunda parte de la película es en clave de thriller con una trama de crimen bien delineada. El problema es que el guion resuelve de la peor manera el conflicto (metáforas de caracoles explicadas, evidencia encontrada por casualidad) al punto de provocar la risa involuntaria.

Ben Affleck al estilo Michael Douglas carece de matices para hacer creíble lo increíble y disimular las fallas narrativas. Lo mismo sucede con Ana de Armas que deambula entre la seducción exaltada de Lolita y el carácter impetuoso de Demi Moore.

Si algo deja en claro Adrian Lyne, responsable también de los éxitos de Nueve semanas y media (Nine 1/2 weeks, 1986) y Propuesta indecente (Indecent Proposal, 1993), es que sus temas recurrentes al igual que sus mejores películas, quedaron en el tiempo.

4.0
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