Malba y CCK

Crítica de “Nuestros días más felices”, el melodrama fantástico de Sol Berruezo Pichon-Rivière

La directora de “Mamá, mamá, mamá” retrata un entorno hogareño en clave fantástica como única manera de reencontrarse con los afectos.

martes 04 de julio de 2023

Un particular gurú televisivo (Claudio Martínez Bel) anuncia buenos presagios a la platea que suenan más a chantada que a realidad. Mensajes de energía positiva y frases alentadoras que Agatha (Lide Uranga) escucha con atención. Ante la falta de soluciones racionales a su estado de ánimo, la fantasía cobra fuerza como un modo de escape posible. 

Agatha se entera de que padece una enfermedad terminal. La señora de 74 años se encierra en su habitación y cuando sale, adquiere la forma de una niña de 8 años (Matilde Creimer Chiabrando). Tanto su hijo Leonidas (Cristián Jensen) como su hija Elisa (Antonella Saldicco), se ven obligados a restablecer el vínculo con su madre desde otro lugar.

Nuestros días más felices (2021) tiene el encanto de un cuento de hadas y la melancolía de su artificio. El evento mágico funciona como una manera de explicar lo inexplicable ante la tragedia, una salida airosa que proporciona calidez y frescura a la relación de asistencia que establecen con su madre (la deben cuidar como si fuera una niña, porque justamente es una niña) y les permite a ellos proyectarse a futuro como individuos adultos en libertad. El encuentro de días contados con su madre, no está marcado por el dolor sino por un juego lúdico que el film hace posible.

Hay un trabajo consciente sobre el tiempo. Las fotografías y los recuerdos están en permanente transformación, lo que permite la convivencia con el pasado, hace artificialmente idílico el presente (finito, acotado y profundo) y proyecta un futuro mejor para los hermanos.

De esta manera Sol Berruezo Pichon-Rivière junto a la guionista y productora Laura Mara Tablón, convierte un relato sobre el dolor en una fabula sobre el afecto, utilizando el elemento fantástico como vehículo de superación del destino trágico. Pero también, la fantasía ayuda a superar las represiones individuales en una tierna metáfora sobre comprender al otro.

7.0
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