Araceli González produce y protagoniza “Sola”, su regreso a los cines

La película la rodaron hace tiempo, tiene mucho riesgo, ¿estás con ganas de seguir actuando y  produciendo a la vez?
Un producto arriesgado por ser de un género no muy consumido acá, aunque sí en Europa, lo vemos en la repercusión que está teniendo Sola en los festivales. Como carta de presentación también es jugada, porque cuando uno hace su ópera prima trata de hacer algo mucho más comercial, que guste a todos. Y la película de José era apostar a una historia, construimos fuera del set, dentro del set y después en la postproducción. Esto no quiere decir que nos vamos a encasillar en este género, pero es el que ama José.

Es tu vuelta al cine y con un papel completamente distinto…
La oscuridad que tienen todos los personajes y el trasfondo que hay en cada detalle me encantó. También la lentitud del cine donde la mirada inspira algunas cuestiones. Lo bueno del arte es que uno se anima a jugar en distintos mundos, sin saber, por ejemplo la época. Sabemos que hay una guerra pero no sabemos cuándo es, y en realidad lo más importante es cómo se muestra lo diabólico del ser humano, la distancia entre lo que decís y hacés, algo que está muy marcado.

Y encima es algo completamente atemporal, si bien la rodaron pre pandemia es muy actual de lo que habla…
Hay un subtexto que está muy bueno leerlo.

Producís Sola, y también la protagonizas, ¿Cómo hiciste para entrar y salir?
Parecía que no salíamos nunca (risas). Yo nunca salía, fue muy raro. Yo justo estaba duelando a mi mamá, que había fallecido hace poco y todo era una conjunción. Estaba frente a Solá, haciendo el personaje. Cuando haces lo que te gusta cuidas todo para todos, fuimos muy cuidadosos con los actores, los coucheamos, interactuamos con los personajes, trabajamos mucho con Griselda Sánchez, Micaela Suárez -que está muy bien y es su primera experiencia- hay una escena de baile con ella bellísima. Creo que además la película te deja pensando sobre ésta oscuridad en la que transcurrimos todos, y nadie está exceptuado de ella, pero el tema es qué hacemos con ella. También el tema de los vínculos, la falta de piedad por el otro,  la obsesión, hay muchas cosas que se tocan, y ojalá puedan conectar con eso, porque en un punto es sobre cómo estamos viviendo.

¿Cómo sigue el año de trabajo?
A mí me propusieron hacer teatro, y la verdad que por ahora no quiero, porque el teatro es una entrega muy grande, y ahora estoy más para entregarme a mí misma, construirme después de esta pandemia, con todo lo que fuimos viviendo. Pero nunca dejamos de proyectar, de soñar, de hacer. Después hay un proyecto de película, me acaba de llegar un guion, no es producción nuestra, lo tengo que analizar, pero la realidad es que yo hoy trato de elegir lo que me gusta y ser lo más fiel a mí en lo que hago. Hay una edad en la que somos más guerreros, y batallamos, vamos en oleajes diferentes, pero yo quiero elegir qué hago. Además estoy por un lado construyendo mi marca de cosméticos, que es un desarrollo que surgió en pandemia en medio de la edición y post producción de la película. El arte es superior, todos podemos contar historias, pero el plus del arte es increíble. El reconocimiento afuera nos pone muy felices, porque además nos sentimos muy solos en el proceso, de verdad, como parte del medio, y aprendimos muchos sobre cómo es el juego, siendo fieles al género, cuidando a los actores. Después te puede o no gustar la historia, ese es otro tema, pero quiero destacar todo lo que se trabajó.