La Bestia Equilátera editó la novela que dio a origen a la película de Natalia Meta

"El mal menor", de C. E. Feiling, del papel al cine

"El mal menor", tercera novela de C. E. Feiling (La Bestia Equilátera), una exploración lieraria al género de terror burgués, llegó al cine como "El prófugo" (2020), dirigida por Natalia Meta, con Érica Rivas, Cecilia Roth, Daniel Hendler y Nahuel Pérez Biscayart.

"El mal menor", de  C. E. Feiling, del papel al cine
domingo 24 de octubre de 2021

Autor de tres novelas y un libro de poemas (El agua electrizada, 1992; Un poeta nacional, 1993, El mal menor, 1996, y Amor a Roma, 1995), C. E. Feiling, fue un fenómeno en la literatura argentina. Leído con entusiasmo en la década de los 90, murió en Buenos Aires el 22 de julio de 1997, a los 36 años víctima de una leucemia. Su obra se completa con sus textos críticos Con toda intención, editado póstumamente en 2005 y La tierra esmeralda, inconcluso por su muerte.

C. E. Feiling pasó de ser parte del grupo de autores y autoras que eran considerados los más prometedores de su generación, a un silencio prolongado que se rompe con las recientes reediciones de sus libros. Entre ellos El mal menor que la realizadora Natalia Meta filmó con el título de El prófugo, película que tuvo su estreno en la Berlinale 2020 y que acaba de llegar a los cines nacionales con una muy buena repercusión de público y crítica.

El mal menor, como el El traductor, de Salvador Benesdra, fue una de las obras finalistas al Premio Planeta 1995 y tuvo una suerte de la que no gozó El traductor. Planeta optó por publicarla. Se dice que El mal menor es la mejor de las tres, una exploración al horror fiction.

La historia transcurre en Buenos Aires, en 1993, mayormente en el barrio de San Telmo y sus alrededores, aunque hay algunas excursiones a otras ciudades: La Habana,  Londres y Nueva York. La protagonista es la joven, bella, inteligente y cocainómana Inés Gaos, dueña (junto con Alberto Leboud, ex compañero suyo del Nacional Buenos Aires) del restaurante “gourmet” “Picante”.

Inés tiene el poder de abrir una grieta en la zona intermedia entre la vigilia y los sueños. Gaos permite la filtración de un “prófugo” y tiene que volverse un “arconte” para cerrar esa fisura. Los “prófugos” son unos seres malignos, de origen onírico que, al no haber sido descubiertos y expulsados a tiempo, fueron adquiriendo cuerpo y poder, poniendo en peligro la frontera entre el mundo de los sueños y la realidad. Uno de esos prófugos se hace presente y perturba de locura el mundo de Inés, ya desequilibrado por las drogas y el alcohol, y quien la guía es el mentalista uruguayo Nelson Florean Ortega.

El adivino, convertido en arconte, aunque de limitado poder, intenta entrenar a Inés para que entre ambos consigan echar al prófugo que amenaza la frontera, el cual, como producto onírico de la propia discípula, conoce sus debilidades y las utiliza. Este poder de arconte que Floreal descubre en Inés los amarra a una terrible responsabilidad.

La referencias cinematográficas son constante en El mal menor y a lo largo de toda la historia. Alberto, el socio de Inés, es dueño de un video club y fanático de las películas de terror de los años ’80. Así, aparecen: El príncipe de las tinieblas (1987), Poltergeist III (1988), Cuando cae la oscuridad (1987), Candyman (1992), Aullidos (1981) y Pesadilla (1984).

"El mal menor no es un relato de terror sino un relato sobre el terror", decía Ricardo Piglia sobre una novela magistral que explora por lo menos tres de los cuatro períodos que Feiling establecía para el género en La pesadilla lúcida / Apuntes sobre el género de terror, Los mejores cuentos de terror (1997): el “terror  burgués”, el “terror fantástico”, y el “terror cinematográfico”, a través de los vasos comunicantes que se estalecen entre el cine y la literatura.

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