La realizadora, residente en Francia, adapta el libro homónimo de Laura Alcoba

Valeria Selinger recupera la historia de una niña durante la dictadura en "La casa de los conejos"

“Vi en la novela conectadas mi vida personal y algo de lo universal y vi en seguida una película”, menciona a EscribiendoCine.

Valeria Selinger recupera la historia de una niña durante la dictadura en "La casa de los conejos"
Valeria Selinger y Mora Iramaín García
Valeria Selinger y Mora Iramaín García
miércoles 20 de octubre de 2021

Con tan sólo ocho años, Laura está acostumbrada a usar nombres falsos y a cambiar de casa. Sabe que para sobrevivir es necesario no decir nada ni siquiera a sus abuelos. Los padres de Laura esconden las armas en escondites en el techo de cada casa en la que viven. Pero cuando el padre cae preso, la madre se tiñe los pelos de rojo brillante y junto con Laura, se instalan en la casa de los conejos, dónde viven Diana, embarazada de tres meses, y su marido Cacho, economista de traje y corbata que trabaja en Buenos Aires. Allí funcionará la nueva imprenta del "Evita Montonera" una vez que el Ingeniero construya el embute, un escondite cuyo único acceso es una puerta de cincuenta centímetros que se abre con un dispositivo especial. Sin poder ir a la escuela, y en medio de un mundo lleno de silencios, Laura piensa que esta casa es en realidad una trampa.

Tomando como punto de partida la historia de Laura Alcoba, narrada por ella misma en la novela homónima que da título al film, la directora propone una revisión de la dictadura desde la particular visión de una niña a la que le robaron su inocencia.

La casa de los conejos (2020) obtuvo el premio a la mejor pelicula en FICCSUR, Queens World Film Festival, FECIP, y dos premios en el Festival Internacional de cine de Guayaquil.

¿Cómo llegaste a la novela? Cuando la leíste ¿ya imaginaste la película?
De casualidad, mi madre es escritora, vive en Barcelona, recibe muchos libros, me lo dio y me dijo te va a gustar, así fue, lo leí de un tirón, es corto, es muy afable, y por eso tiene tantas ediciones y re-ediciones y particularmente es como si me hubiesen contado mi vida con otros detalles, sobre todo por la niña protagonista y el exceso de saber que tiene aún en su corta edad, que cuando sos niño y te brindan información que te es imposible de gestionar, y en eso me reconocí. El segundo hilo tiene que ver con los bebes apropiados, robados durante la dictadura militar, y en este caso la gestación de Clara Anahí, con las abuelas de plaza de mayo, y Chicha, por quienes tengo una ternura particular, como muchos argentinos. Vi en la novela conectadas mi vida personal y algo de lo universal y vi en seguida una película.

¿Sentiste responsabilidad o presión a la hora de desarrollar la película?
No, sino no creería que hubiera podido lanzarme en eso. El primer impulso es inconsciente, emocional. Sí pasó bastante después que empezaron a surgir cuestiones posteriores, como los derechos del libro. Que sea la vida de muchas personas, que incluso perdieron su vida, me genera mucho respeto, y estuve atenta a todos los requerimientos que las familias involucradas yo sentía que tenían que estar. Laura estuvo presente pero no fue parte del proceso de adaptación.

¿Fue complicado encontrar a la niña actriz? ¿Qué trabajo hiciste con ella?
Mora Iramaín García tiene una historia en común que es que sus propios abuelos son desaparecidos, algo que me contó en el casting, donde vimos a muchas niñas, pero ella tuvo este plus y ejercitamos con ella para ver cómo reaccionaba a determinadas cuestiones, y siguió el juego y lo vivió, se emocionó ella y me emocionó a mí. Ella actúa de un modo natural. Esta película es de época pero tiene esas uniones con cosas de hoy, y así como la protagonista está muy implicada en la historia, Daniel Peruggi hizo la música y es el hermano de Diana, y esto hace que este Mora, Laura con su historia, y Daniel también, que produce un puente entre Daniel y su hermana hoy, con ese pasado trágico que no está más.

¿Las conexiones ayudaron a la realización?
No, son simples conexiones, lo que sí ayudó es que el rodaje fue difícil y para una niña las condiciones fueron deplorables, entonces para Mora, desde ella, no desde mí, era como un pequeño acto político por sus abuelos, y sus padres fueron dos pilares en el rodaje.

Además de Mora, participan actores con gran implicancia política ¿cómo los seleccionaste?
Hubo tres castings, el de la niña, el de los adultos, y otro el de Darío Grandinetti y Miguel Ángel Solá, que fueron propuestos por España. Pero no elegí a nadie por política. Conozco la de algunos, ahora la de todos, pero de ningún modo decidí que fuera por eso. Tal vez mirando el material de ellos como actores uno puede deducir qué cosas están dispuestos a hacer, más allá de nombres o temas políticos, no influyó en la decisión, sino que lo que primó fue sus caras, sus juegos teatrales, y buscaba gente con mucho imaginario, potencia, y que pudieran jugar con su imaginación creativa. Fui aconsejada para el resto de los actores por un amigo que es actor y que no se confundió. Acá estuvieron involucrados desde el compromiso del trabajo con una postura, incluyendo a Solá y Grandinetti.

¿Fue complicado lidiar con las carencias que mencionas del rodaje?
Una escena, que estaba desde el comienzo, y me impactó desde la propia lectura, era esa calle de tierra por donde pasaban caballos, y nunca los tuvimos, eran cosas así. Los conejos llegaron un día, y al quinto hubo que cambiar de conejos. Son cosas que siempre pasan en los rodajes, pero en este caso eran muy argentinas, que ahora a la distancia me divierte, pero durante el proceso del rodaje era raro. Me decían sí, sí, y al otro día no estaba lo que necesitaba. Los argentinos, ustedes, no nosotros en otro país, tienen un gran nivel de adaptación a estas cosas. Lo bueno de esto, es ver cómo el equipo, técnico, las familias involucradas, tenían una energía muy bella y particular que creo que está dada por el tema del libro y por el libro. El hecho que haya una verdadera niña que hoy es una señora, nos ponía a todos en una situación de gran respeto, y eso creaba una gran familia con mucho cariño hacia la película, que creo que sólo pasa en Argentina. Te faltan cosas esenciales pero todos ponen el lomo, y tal vez no son conscientes en ese momento de eso.

¿Sensaciones por el estreno en Argentina?
Era mi sueño, y que se vea en pantalla grande, y más allá que les pueda gustar o no al público, porque me es imposible predecir el recibimiento, es muy esperada por los lectores del libro, aunque esto es otra cosa.

¿Estás trabajando en algún otro proyecto?
En varios, tanto de documental como de ficción, en Francia, Argentina, en Ucrania, tengo varias puntas y vamos a ver qué sucede.

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