La talentosa actriz encarna un rol clave en la historia

Marilú Marini vuelve al cine nacional con “Nocturna” de Gonzalo Calzada

“Soy una persona muy curiosa y me intrigó la propuesta y cuando leí el script lo que me sucedió es que me pareció interesante esa búsqueda, esa exploración por los lugares donde pasa Ulises y su historia”, cuenta a EscribiendoCine desde París.

Marilú Marini vuelve al cine nacional con “Nocturna” de Gonzalo Calzada
Marilú Marini
Marilú Marini
miércoles 29 de septiembre de 2021

En Nocturna (2020), nueva película de Gonzalo Calzada, protagonizada por Pepe Soriano, Marilú Marini interpreta a la mujer de Ulises, el protagonista, un hombre perdido entre recuerdos y un presente asfixiante.

¿Cómo llegaste al proyecto?
Por un llamado de Ale Narváez, productor de Gonzalo, que me hace llegar el guion, estaba en Buenos Aires haciendo en el Teatro Nacional Cervantes Sagrado Bosque de Monstruos. Soy una persona muy curiosa y me intrigó la propuesta y cuando leí el script lo que me sucedió es que me pareció interesante esa búsqueda, esa exploración por los lugares donde pasa Ulises y su historia, que es un crepúsculo, no es negro total, hay cosas que se adivinan que sumergen todo en algo misterioso, pero misteriosamente humano, tan carnalmente representado por Pepe Soriano, su trabajo es extraordinario, está dentro de él todo lo que impacta de la realidad, como pequeñas saetas, pinchazos, y él está completamente envuelto en su memoria, con algo que siente un profundo dolor y que no pudo expresar o manifestar, haciendo que el personaje vaya a esas honduras de él mismo, en donde aparecen presencias, cosas, que no es lo real, lo inmediato, lo naturalista. Fuimos muy guiados por el guion de Gonzalo, con el deseo de quedarse en ese mundo donde lo misterioso está presente en el ser humano, eso que uno siente en uno mismo y no lo puede poner en palabras conscientes. Ese sector crepuscular es lo que me atrajo y me parece interesante de la película.

Sobre esos crepúsculos uno elucubra ciertas hipótesis, pero no tiene muy en claro eso, ¿en el guion estaba esto presente?
Como actores y encarnadores de la confusión o zona crepuscular, la teníamos que ver, entendiéndola someramente con la conciencia, pero después esa conciencia había que olvidarla, de una forma, para sumergirse en la confusión en la que estaban los personajes. Lo más interesante para mí, justamente, es esa confusión, porque no estás haciendo una actuación naturalista o realista, porque la realidad está como corrida, deformada. Tal vez ellos tanto como el personaje de Pepe como el mío, están con una urgencia de descifrar elementos que le están sucediendo porque ellos no tienen un control consciente de todo eso y esas situaciones lo atrapan, lo dejan en una situación de ansiedad, angustia, de no saber a dónde ir, o por qué está sucediendo eso, ellos sienten que está movido lo que ellos conocen y han conocido. Lo que me parece más interesante, justamente, es que Gonzalo nos pudo contener para que podamos recorrer la historia y no estar proyectando cosas de más sobre los personajes, justamente por ese misterio, y nos guio para no ser explicativos, ese misterio queda ahí, y el espectador debe resolverlo, porque esas zonas crepusculares que presenta Gonzalo en el guion, las tenemos todos, con mayor o menos intensidad, las tenemos todos, y algunos pueden estar más o menos en contacto con esas zonas.

¿Es la primera vez que trabajan juntos con Pepe?
Si, nos conocíamos pero nunca habíamos trabajado junto, recuerdo que con un espectáculo que hice hace mucho tiempo con Alfredo Arias, sobre Niní Marshall, ahí me encontré con Pepe.

¿Cómo fue el encuentro con él y trabajar sus personajes?
El encuentro con Pepe fue sencillo, creo que es una de las cualidades esenciales para el trabajo del actor, la sencillez. Fue estar frente a una persona que tiene esa identidad de actor tan carnal, porque él no es un actor de texto, con una intelectualidad, por supuesto que tiene una gran cultura, pero eso no es lo que lo mueve en la búsqueda en el trabajo. Fue un encuentro de dos artesanos que se tienen simpatía, y donde hay empatía, trabajamos en el sentido de coordinar algunas cuestiones de escenas, viendo matices y aquello que pedía el guion, pero no hubo trabajo de rascarse la cabeza para ver qué sucedía, sino ver el impacto de nuestros cuerpos en el guion.

¿Cómo sigue el año de trabajo?
Tuve un año de pandemia en donde muchas cosas se pararon, tenía que trabajar en una obra que adapta tres obras de Fassbinder, acá en París, no lo pudimos hacer y finalmente tengo un proyecto sobre la adaptación de dos textos de Pasollini, la novela Teorema y su autobiografía, y vuelvo de una gira dirigido por Peter Brooke de La Tempestad, que a mí vuelta de la Argentina, voy a retomar, y en noviembre voy a Argentina para actuar en la primera película dirigida por Julio Chávez.

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