Tras su paso por la Berlinale finalmente llega a los cines argentinos

Natalia Meta transita misteriosos caminos en “El Prófugo”

“El mal menor es una novela maravillosa y creía que se podía adaptar, pero no yo, y eso comenzó a cambiar, al igual de cómo comencé a cambiarla, Pido que me absuelvan los fanáticos del autor y del libro, porque la adaptación me parecía un sacrilegio, pero quise contar mi versión de la historia, por decirlo de alguna manera”, menciona en exclusiva a EscribiendoCine.

Natalia Meta transita misteriosos caminos en “El Prófugo”
Natalia Meta
Natalia Meta
martes 28 de septiembre de 2021

Tras su debut con Muerte en Buenos Aires (2014), Natalia Meta regresa a los cines con una oscura propuesta en la que el sonido juega un rol clave en el desarrollo narrativo. Érica Rivas, Nahuel Pérez Biscayart, Cecilia Roth, Mirta Busnelli y Daniel Hendler, al frente de esta fascinante propuesta.

¿Por qué te demoraste tanto tiempo entre tu última película y ésta?
A mí no me parece que haya demora, sino que me parece bastante rápido, pero entiendo que no estoy filmando con mucha asiduidad. Yo llegué al cine por casualidad, no tenía idea de dirigir, y esa primera película tuvo todas las peripecias hasta que me decidí tener ese acto de audacia que mirando para atrás no lo puedo creer que haya tomado esa decisión. Me gustó siempre la narrativa, pensé que me iba a dedicar a eso, después me dediqué al guion, generé una serie que pensé que se iba a poder hacer, y finalmente no, y después escribí una película y me empecé a dar cuenta que en el cine era distinto y que el dominio creativo estaba en el lugar del director y muchos me dijeron que lo mejor era que la dirija yo, tuve amigos y un buen equipo que me ayudó mucho y me acompañó en la audacia, después quedé embarazada, que demoró más el rodaje de la primera película y también hay algo que filmar es una tarea muy ardua, no creo que sea para hacerla con tanta asiduidad, después me llevó mucho tiempo encontrar otra idea que me entusiasmara y ahora sí, no sé si por la pandemia, tengo varios proyectos y creo que podría cometer la imprudencia de salir a dirigir de nuevo.

¿Cómo fue inspirarte en El Mal Menor para crear el universo de El Prófugo?
Cuando estábamos editando con Eliane Katz mi primera película un día charlamos con Luis Chitarroni, mi socio en la editorial La Bestia Equilátera, y él era el mejor amigo de Charles E. Feiling, el autor de El mal menor, autor de culto y con Luis, como Daniel Guebel, hablábamos de él. En esa charla me recuerda el comienzo del libro, eso de los tacos, los taquitos, como en el inicio de Lolita, y ahí leí la novela, me encantó y no pensé que podía filmarla, porque es truculenta, gore, una mirada oscura, es una novela maravillosa y creía que se podía adaptar, pero no yo, y eso comenzó a cambiar, al igual de cómo comencé a cambiarla. Pido que me absuelvan los fanáticos del autor y del libro, porque la adaptación me parecía un sacrilegio, pero quise contar mi versión de la historia, por decirlo de alguna manera.

En tus películas hay una dimensión del sonido que no está librada al azar…
Me hiciste acordar, lo que a mí me aterraba de mi primera película era que tenía a un actor mexicano muy talentoso para los doblajes, Demián Bichir, y estaba muy confiada que iba a poder dominar el rioplatense de una manera muy sencilla, pero se atrasó en otro proyecto y cuando llegó no podíamos dar con el tono del personaje, por lo que él se opuso al doblaje, y propuso un autodoblaje al terminar la película. Lo seguí en esa idea, pero se tuvo que ir a rodar otra serie a Los Ángeles, por lo que tuvimos que hacerlo de manera remota, con Alberto Ajaka tirándole algunas frases y hasta hoy en día tengo pesadillas con eso, porque fue el doblaje más largo de la historia del cine argentino. Me recuerdan a Barberian Sound Studio, pero en realidad mi influencia fue esta experiencia, y de hecho en el doblaje escribí escenas, apoyándome en cómo en el doblaje se estiran o ralentizan palabras y textos, reemplazando alguna consonante o algo así, y esos sonidos me parecían espeluznantes, y quise explorar un poco eso, desde dos puntos, uno, lo que se escucha en la película es bastante realista, porque la imagen es diferente, el sonido no tiene una naturaleza distinta y eso lo hace genuino y aterrador, y por eso bajé el nivel de terror puro y duro, llevándolo a lo inquietante, lo siniestro, de que lo que asustara fueran cosas que pudieran producirse naturalmente, como esos sonidos, ralentamientos, estiramientos del sonido, voces que se pueden oír que no sabes de dónde viene, las disyuntivas que nos descolocan de otras personas, ese concepto me atraía.

Y eso resulta más aterrador aún…
Sí, que lo obvio, yo tuve que hacer un curso acelerado en ver películas de terror porque me asustaban mucho, me ayudó Angel Faretta, viendo su asociación a los ritos de iniciación, y uno se va fortaleciendo en ese punto viendo esas películas, se va a acostumbrando, pero a los misterios de la vida cotidiana es más difícil acostumbrarse.

¿Cómo seleccionaste el elenco?
Cecilia Roth es una actriz que siempre admiré mucho y cuando leí la novela me parecía que ella era perfecta para el personaje de la madre, podría decir que es el personaje más fiel al de la novela, a diferencia del personaje de Érica Rivas, que para la película lo construí más débil, por lo que me costaba mucho encontrar quién lo haga, hasta que la vi en La Cordillera, y ví que era la persona ideal para encarnarla. Con Nahuel Pérez Biscayart, que es muy distinto a cómo está descripto en la novela, pero lo ví en 120 pulsaciones por minuto y me gustó que mostró un lado más tierno y seductor en contraste con su lado más rudo que mostraba en su trabajo. Daniel Hendler logró encarnar el personaje irritante de la novela. El tono de la película fue un desafío, por jugar con el miedo, el humor, el suspenso. Un miedo juguetón, más leve, por decirlo de alguna manera y acá jugamos con géneros en  un trabajo colaborativo muy interesante. Nelly Prince iba a estar pero no pudo y entró Mirta Busnelli y la verdad que fue una maravilla trabajar con ella, lo mismo con Flor Disel y Agustín Ritano era complicado encontrar el intérprete, pero él, con una mirada puede dejarte bastante perplejo. Y Guillermo Arengo, fue difícil, también, porque al coro, que no son actrices, quise que participaran y mantener eso, pero cuando Arengo llegó, que es alguien musical con un dejo de humor, era importante que esté. Gaby que encarna a la azafata, fue propuesta por Laura Paredes y Mariana Mitre, que hicieron el casting, me parece que hizo algo maravilloso. Fue difícil esta parte del trabajo y que hasta que no lo tenés definido no sabes si podés hacer la película y ojalá pueda seguir trabajando con este equipo.

¿Cómo vivís el estreno?
Siento que tuve una gran suerte de poder estrenarla en Berlín, con sala llena, sin barbijos, justo antes de la pandemia, y luego asumí que iba a ser largo pero lo esperamos con tranquilidad y me pone feliz ahora que podrán verla el equipo, las chicas del coro, y confío que puedan ver la película y disfrutarla.

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