Un thriller psicológico con toques fantásticos

Gonzalo Calzada explora la atormentada mente de Pepe Soriano en "Nocturna"

“Es una historia que se cuenta en dos películas distintas y una novela, una película más clásica y una más experimental”, dice en diálogo con EscribiendoCine.

Gonzalo Calzada explora la atormentada mente de Pepe Soriano en "Nocturna"
Gonzalo Calzada
Gonzalo Calzada
lunes 27 de septiembre de 2021

Protagonizada por Pepe Soriano, Marilú Marini y Lautaro Delgado Tymruk, Desirée Salgueiro y Nicolás Scarpino, Nocturna (2020), la nueva película de Gonzalo Calzada, propone un particular juego de género en donde el espectador deambulará por el laberinto mental de Ulises, el personaje protagónico.

En Nocturna, el actor Pepe Soriano vuelve al cine a sus 91 años en un thriller psicológico con toques fantásticos que gira en torno a un hombre casi centenario al que a lo largo de una noche le toca vivir un extraño hecho que pondrá a prueba su lucidez y su cordura, mientras conversa con los fantasmas de su pasado y repasa las cuentas pendientes con la vida.

La película es parte de un proyecto más grande, ¿cómo lo imaginaste?
Es una historia que se cuenta en dos películas distintas y una novela, una película más clásica y una más experimental, y esto es porque el proyecto surgió hace 14 años y fue muy complicado conseguir la financiación porque no era un tema que atraía a los productores. Durante ese tiempo surgió la novela, y se me ocurrió desdoblarla en dos, una más narrativa y otra más poética, si se quiere. Hice el experimento para ver cómo quedaba, porque como todo transcurre durante la noche y quería ver qué pasaba con el seguimiento de las horas, con dos narradores, por un lado el objetivo y por el otro uno con el monólogo interior, y eso también me interesó explorarlo en el cine. Así surgió un lado A, más clásico, canónico y un lado B más experimental, que me gustó mucho hacerla y en donde la mostramos interesó mucho el juego.

¿Ya pensabas en Pepe Soriano como protagonista?
Cuando la escribí no, lo hice pensando en mi abuelo, e incluso en mi abuela, y si bien no es la película la historia de mis abuelos, tomé esos caracteres que tenían ellos. Cuando el guion toma la posibilidad de ser producido ahí comenzás a ver quién podía hacerla, lo que sí sabía era que mi idea era que el actor atravesara todo y pudiera tener esa edad, no quería tener un actor, por decir algo, de 75 que se le note el maquillaje, quería lograr cierta veracidad en el cuerpo y no se puede reproducir una mano de un hombre de 90 años, las arrugas, los pliegues.

O sí, pero se nota el artificio…
Yo no quería eso, quería trabajar con lentes macro, con esos pliegues de la piel como un mapeo de la vida, y salí a buscar el actor que pudiera hacerlo, y el único era Pepe Soriano, y él deseaba hacerlo, y acá no iba a ser solo una participación, que es lo general par ano correr riesgos, y nosotros quisimos hacerlo, y él lo agarró con mucho gusto por suerte para la película.

¿Cómo fue el rodaje particularmente con él?
Lo cuidamos todo lo que correspondía entendiendo que no dejaba de ser un actor de 90 años y que hacía tiempo que no tenía un protagónico, y se encontró con un modelo de cine y realización que no estaba acostumbrado, respondiendo al cine de género, con determinadas cuestiones, sumado a la obsesión del realizador, que soy yo, la exigencia física y emocional, además filmamos en locaciones reales en jornadas de mucho calor, se agitaba, con mucha emoción, porque el terror, el género fantástico, el thriller genera muchas cosas. Le puso el cuerpo como uno de esos actores que no se ve mucho, con un compromiso que emocionaba, por su entrega, pasión, por hacer todo lo que estuviera a su alcance para el personaje, y muchas veces en situaciones complicadas. Como director mi meta es encontrar el método que tiene el actor, que muchas veces no tiene que ver con el que dice que tiene.

Hay un componente muy vívido que tiene que ver con la realidad de los adultos mayores ¿Cómo fue incorporar esto en el relato, más allá de la ficción?
Lo que está pasando con la película, en general, es que provoca una emoción muy fuerte, más allá de lo social que mencionás, sobre un hombre adulto a merced de un destino, abandonado por una sociedad que le da la espalda, que ignora a la vejez, que no le da su trascendencia, su espacio, además de todo eso, hay una cuestión íntima en el seno de todos los hogares y nadie está preparado para perder a su padre, y más después de este contexto que vivimos hace casi dos años, y antes también, cuando testeábamos, mucha gente se acerca para comentar sensiblemente sus experiencias, y eso está bueno para uno como narrador para tocar la sensibilidad del otro. Nos costó mucho conseguir la financiación para el proyecto, y si a eso le sumás que tiene elementos de thriller, peor aún, dando una señal de cómo se excluye la problemática a menos que sea Esperando la carroza o Elsa y Fred, y si bien nos acompañó el INCAA lo hicimos con nuestra productora a riesgo, defendiendo la idea sobre lo que uno quiere contar, después el mercado dirá, pero el tema es interesante y necesario, son relatos que si se niegan, se le niega la posibilidad a ese grupo social, por eso es importante que esté. La película conmueve y también genera ese pensamiento, muchos críticos de afuera nos decían que terminaban de ver la película y les daba las ganas de llamar a sus padres o abuelos.

¿Sensaciones de estrenarla?
Uno siempre se pone contento porque la película cierra como un ciclo, y viene la película haciendo un recorrido por fuera, encontrando su espacio y ganando premios en Festivales, por estrenarse en Estados Unidos, así que es la oportunidad de cerrar un ciclo. Después es un misterio lo que puede pasar, la película hace su recorrido, y vamos a tener funciones por el interior, por la tradición de Pepe de hacer giras por el país y demás.

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