Crítica de “Intrusión”, entretenido y convencional thriller psicológico con Freida Pinto

Dirigida por Adam Salky y escrita por Chris Sparling la película cuenta la historia de Meera (Freida Pinto) y Henry (Logan Marshall-Green), una pareja feliz que se muda a una casa de lujo, diseñada por ellos mismos, en el árido sur de los Estados Unidos. Una noche entran ladrones a su hogar y, para sorpresa de ella, su marido los despacha a balazos. 

Algo parecido a lo que sucedía en Nadie (Nobody, 2020) pero en vez de convertirse en un fantástico relato de acción sobre la figura del hombre, Intrusión (Intrusion, 2021) se convierte en una terrorífica pesadilla personificada en la mujer. La historia está contada desde el punto de vista de Meera que, como una suerte de Karina Jelinek, desconoce los negocios fraudulentos en los que está metido su esposo. Sorprendida por el arma que ocultaba en la casa y la violencia ejercida por él, decide comenzar una investigación a sus espaldas.

La policía le dice que hay una chica desparecida relacionada al robo, que tiñe de mayor oscuridad a la figura del amable pero misterios hombre que vive con ella. Aparece el pasado de los personajes (el cáncer superado por ella, el costoso tratamiento afrontado por él), como antecedentes al presente de felicidad artificial presentado en la pareja.

Intrusión avanza por terreno conocido y no trae nada nuevo a los thrillers de encierro en casas aisladas de la ciudad, habituales en la plataforma de la N. Sin embargo, está bien hecha, funciona en la construcción de personajes y el suspenso hace énfasis en los momentos que debe hacerlo. Incluso las esperables vueltas de tuerca reavivan la trama en situaciones oportunas. Un entretenimiento efectivo que cumple con todas y cada una de las reglas del género “de manual”, y demuestra que a fin de cuentas, las fórmulas bien ejecutadas resultan satisfactorias.