Crítica de "Vida de colores", la serie colombiana LGBTQI+ de David Davíd

La historia se centra en Yerit, un personaje de género no binario, que vive en un barrio periférico de la ciudad con Alma, una mujer trans, a la vez que estudia arte en la universidad y trabaja en una panadería. El conflicto se desata cuando Alma es atacada por el padrastro de un joven gay al que le dio asilo luego de que éste lo echara de la vivienda. Alma sufre una golpiza que la deja en estado grave y Yerit debe hacerse cargo de la situación sin entender que fue en realidad lo que pasó, mientras busca seguir su vida con total normalidad.

“No es blanca ni negra; la vida es de colores, muchos colores”, dice el tema musical central de la serie creada, escrita y dirigida por David David tras conocer el caso de Alejandra Monocuco, una mujer trans que murió por covid-19 en Bogotá; y ese es el espíritu que transita cada uno de los capítulos de Vida de colores (2021), una historia compuesta de personajes plagados de matices, que les rehúyen a los estereotipos y donde pese a todo lo negativo se nutren de un optimismo poco frecuente. No es que no sucedan cosas que pueden no ser tan buenas, sino que la cuestión es cómo se enfrentan a ellas y buscan resolverlas.

David David aborda un abanico de tópicos que van desde la transfobia, la homofobia, la violencia física y psicológica, el acceso a la salud, la búsqueda de justicia, los lazos familiares, la diversidad sexual, la marginalidad, la educación, la precariedad laboral y las relaciones de pareja, pero siempre con una mirada inclusiva, que no juzga, sin adoctrinamientos, evitando los clichés y metiéndose con naturalidad en las complejidades de la vida de aquellos que eligen romper con las estructuras impuestas por los sectores más conservadores de una sociedad patriarcal.  

Vida de colores, que se rodó durante el segundo semestre del 2020 en medio de las restricciones por el confinamiento de la pandemia del Covid-19 y con rigurosos protocolos en el corregimiento de Río Seco y Valledupar, está protagonizada por un versátil Camilo Ochoa y Pamela Bocanegra, quienes les dan vida a los personajes centrales con una sensibilidad y un carisma que atraviesa la pantalla.