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Crítica de “La nube”, terror francés con langostas asesinas
Si esta película hubiera sido producida en la década del sesenta, seguramente su título sería las langostas asesinas y se trataría de una divertida producción clase B.
Sucede que los tiempos cambiaron y la manera de hacer los films también. El argumento es el mismo pero hoy La nube (La nuée, 2020) puede considerarse una art movie por su pretensión y sobriedad.
La historia nos trae a Virginie (Suliane Brahim), una madre soltera de Laura (Marie Narbonne) y Gastón (Raphaël Romand). Los tres viven en el campo y ella cría langostas en un invernadero. Ante una crisis personal y profesional, decide vender su producción pero, accidente mediante, termina casi por casualidad, alimentando a los insectos con sangre.
Los invertebrados desarrollan un gusto violento por la carne, sea de cabra, perro o humano, y ella pasa a ser la madre de las criaturas. La cosa no termina en “la loca de las langostas” porque están sus hijos en peligro, dispuestos a recuperar a su madre.
Esta fusión humano-insecto recuerda al cine de David Cronenberg y John Carpenter, sin embargo, la película dirigida por Just Philippot no cuenta con la profundidad psicológica ni metafísica de ambos realizadores.
De cualquier manera presenta una alternativa atractiva al convencional cine de terror estrenado semana a semana en las plataformas.
