Crítica de "Locos por Mario", remake brasileña del film LGBTQI+ "Tengo algo que decirles"

En Locos por Mario (¿Quem Vai Ficar com Mário?, 2021), Mario, un muchacho de 30 años afincado en San Pablo que regresa a Río Grande de Soul para contarle a su familia, dueña de una importante cervecería de la región, que es gay y dejó la universidad para dedicarse a la escritura. El conflicto aparece cuando su hermano mayor se adelanta al anuncio y le informa a todo el núcleo familiar que él es gay. En medio de la reunión, el padre se infarta y Mario no sólo deberá seguir manteniendo en secreto su relación con Fernando, un director teatral, sino que además tendrá que hacerse cargo de la empresa familiar.

Dirigida por Hsu Chien Hsin y protagonizada por Daniel Rocha, Letícia Lima, Marcos Breda y Elisa Pinheiro, Locos por Mario se nutre de una puesta escena entre televisiva y teatral para explotar al máximo un guion que para aquellos que hayan visto la versión original carece de cualquier efecto sorpresa. Los personajes, estereotipados al máximo, recurren a todos los clisés posibles para desenvolverse en una historia que apuesta a un humor absurdo y al subrayado de un mensaje inclusivo, con poliamor, tríos, e intercambio de parejas. La deconstrucción de algunos suena tan forzada que en ningún momento resulta creíble. 

Más allá de algunos gags divertidos, Loco por Mario se vuelve tan previsible y anodina que no consigue ningún efecto sorpresa a pesar de sus buenas intenciones. Aunque está más cerca de La jaula de las locas (La cage aux folles) que de Tengo algo que decirles, una virtud es que el disparate no aburre, y de vez en cuando saca alguna que otra risita.