Libros y vanguardias artísticas

Cuatro libros que explican el fenómeno de la generación "Di Tella"

Un hecho cultural permitió que la Argentina respirara algunos aires vanguardistas en los años 60: El Instituto Di Tella dio cabida a todas las formas de renovación cultural, en especial en las artes plásticas, la música y el teatro. Fernado García, Kado Kostzer, Mariano Mestman y Ana Longoni reconstruyen ese periodo en cuatro libros fundamentales.

Cuatro libros que explican el fenómeno de la generación "Di Tella"
domingo 08 de agosto de 2021

El Instituto Torcuato Di Tella (ITDT) o "el Di Tella", como se lo llamaba popularmente -aunque el apelativo también se asociaba con los taxis y las heladeras de esa marca-, fue una experiencia artística sin precedentes que marcó la vida cultural de la ciudad de Buenos Aires durante la década del sesenta, pero también después, ya que fue el semillero de grandes artistas argentinos.

Fue creado por los hermanos Guido y Torcuato S. Di Tella en homenaje a su padre, el ingeniero y fundador de la empresa argentina SIAM Di Tella, Torcuato Di Tella, el 22 de julio de 1958, en el décimo aniversario de su muerte.

Las actividades se hacían en un ambiente plural, a través de diferentes centros de investigación. En 1960 empezaron las actividades del Centro de Investigaciones Económicas (CIE), en 1963, las del Centro de Investigaciones Sociales (CIS). También, en 1963, abrió la sede del Instituto en la calle Florida 963 –conocida como "La Manzana Loca”–, donde funcionaba el Centro de Experimentación Audiovisual (CEA), a cargo de Roberto Villanueva; el Centro Latinoamericano de Altos Estudios Musicales (CLAEM), a cargo de Alberto Ginastera, y el mítico Centro de Artes Visuales (CAV), dirigido por el crítico cultural Jorge Romero Brest.

Sinónimo de vanguardia y provocación, el CAV fue el centro que le dio la verdadera fama al Di Tella. Fue el lugar donde se dieron a conocer el neofigurativismo y, sobre todo, el arte pop. El CAV fue una experiencia artística que cambió el panorama cultural de Argentina. Además, fue un “semillero” de artistas que luego tuvieron reconocimiento nacional e internacional. Entre ellos y ellas figuran: Marta Minujín, Dalila Puzzovio, Antonio Berni, Jorge de la Vega, Juan Carlos Distéfano, León Ferrari, Gyula Kosice, Julio Le Parc, Luis Wells, Rubén Santantonín, Marilú Marini, Nacha Guevara y Les Luthiers.

El Di Tella fue cerrando sus distintos centros en los primeros años de la década siguiente. Hoy, a 63 años de su creación, cuatro libros reconstruyen ese movimiento que marcara un antes y un después en la cultura argentina.

En El Di Tella. Historia íntima de un fenómeno cultural (Paidós), el periodista, escritor y productor cultural Fernando García narra la historia de este hecho vanguardista desde la intimidad de sus pasillos. Con los testimonios de sus protagonistas, pero también rescatando las voces de sus actores secundarios, y a partir de un trabajo de arqueología sobre el archivo histórico, ofrece un apasionante, fundamental e imprescindible ensayo de época.

El dramaturgo y director teatral Kado Kostzer, un privilegiado testigo, y también integrante durante su adolescencia, autor de La generación Di Tella y otras intoxicaciones (Eudeba), narra a través de su propio punto de vista un panorama sobre los hechos, acontecimientos, estéticas y entretelones de los espectáculos y personajes que lo integraron. Así mismo recrea, con mirada irónica y sin nostalgias, la efervescencia cultural que caracterizó –a pesar de la opresiva y represiva dictadura militar del general Onganía– el último lustro de la década del sesenta, no solo en Florida 936, sino en los alrededores, en lo que se llamó "La Manzana Loca". Por otra parte, en Antes del Di Tella (Eudeba) propone un recorrido por la escena teatral porteña durante el primer lustro de la década del 60. Salas nuevas, espectáculos modernos, variedad de géneros escénicos, actores que luego alcanzarían el reconocimiento general, obras de autores clásicos, experimentos muy novedosos, “emociones teatrales”, como denomina su autor a estas breves viñetas recobradas a partir del recuerdo de su adolescencia y filtradas por su conciencia de hombre maduro, con una enorme trayectoria en el teatro.

En Del Di Tella a Tucumán arde (Eudeba), los investigadores Mariano Mestman y Ana Longoni reconstruyen las acciones de un grupo de artistas plásticos de vanguardia, porteños y rosarinos, que durante 1968 protagonizó una ruptura con las instituciones artísticas, en especial el Instituto Di Tella y sus conceptos experimentales. La instalación más conocida fue la obra colectiva "Tucumán arde", exhibida en el local de la CGT de Rosario, que daba un testimonio estético y de denuncia de las condiciones de miseria que vivía el pueblo tucumano bajo la dictadura de Onganía. La segunda exhibición, planificada para Buenos Aires, fue clausurada.

Finalmente, otro libro fundamental, pero que lamentablemente se encuentra agotado desde hace algunos años, El Di Tella y el desarrollo cultural argentino en la década del sesenta (Asunto Impreso Ediciones e Instituto Torcuato Di Tella), de John King, que incluía un prefacio escrito por Tomás Eloy Martínez, también evocaba, con una mirada académica, la atmósfera cultural de esos años y a sus protagonistas.

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