El actor de origen argentino se suma a la película de James Gunn

Juan Diego Botto llega al universo cinematográfico de DC con un personaje particular

“"Martín (Hache)" es una de esas películas que pasa el tiempo y hablan de algo que resulta pertinente, habla de algo que todavía tiene sentido, de las relaciones entre padres e hijos, de toda una generación, de los sueños que llegaron hasta un lugar con un enorme coste emocional, todo un peaje político e ideológico que se pagó para llegar a un lugar, y una generación gastada por la ambición de los sueños”, cuenta a EscribiendoCine.

Juan Diego Botto llega al universo cinematográfico de DC con un personaje particular
Juan Diego Botto
Juan Diego Botto
martes 03 de agosto de 2021

El escuadrón suicida (2021), dirigida por James Gunn, que este jueves llega a los cines tiene al actor argentino Juan Diego Botto encarnando a Silvio Luna, el dictador de Corto Maltés, isla a la que llegan los antihéroes de DC para completar una misión.

Como actor ¿qué te aporta encarnar un villano?, no es el primero que te toca, también lo hiciste en White Lines al encarnar a Oriol…
Generalmente se suele dar la circunstancia que los villanos tienen mucho para interpretar, suelen ser escritos y descriptos como personajes con muchos traumas, con muchos dobleces, con muchos rincones, con muchas esquinas, con luces, con sombras, y a veces los guionistas se toman más tiempo en perfilarlos que a los protagonistas, que tal vez tengan más claro las luces que llevan con ellos pero no las sombras que cargan. Por eso a veces es muy gratificante que te toque un villano y abordarlo desde distintos ángulos y disfrutar el personaje.

Silvio Luna, tu rol en la película, mantiene conexión con la región, con dictadores que mantuvieron oprimidos a los pueblos ¿qué fue lo primero que se te cruzó por la cabeza?
Fue una combinación de factores, por un lado está el hecho innegable que es James Gunn, me hacía mucha ilusión trabajar en su universo, viene de hacer Guardianes de la Galaxia, que fue todo un suceso, esta mezcla de acción, humor, comedia, homenaje al comic y los años setenta, todo ese universo era muy apetecible. Después me encontré con que todo sucede en esta isla de referencia en DC Comics que se llama Corto Maltés, y él quería que todo sonara allí con acento rioplatense, lo cual fue una gran alegría para mí porque cualquier otra forma de hablar de Latinoamérica hubiese sido más costosa, porque nací en Buenos Aires, mi vieja es de Buenos Aires, mi viejo es de Buenos Aires, toda mi familia es Argentina, con lo cual la conexión es innegable para mí, y eso fue una gran alegría. Desgraciadamente el sur de la región tuvo su buena dosis de dictaduras y de generales perversos, de modo que no es extraño para nosotros, lo mismo que algo que aparece de forma tangencial en la película de intervenciones internacionales que orillan los gobiernos hacia un lado y hacia otro, sostenido por equis intereses, y eso está narrado en la historia. Eso lo hace doblemente interesante, dentro de todas las capas que tiene la película, de cine gore, de cine de acción, de comedia, también tiene una parte curiosa de cine político de los setenta, que creo que le añade una capa interesante a esta ficción, a esta superproducción.

Acercando estas ideas al público que masivamente irá a las salas a ver una de “super héroes”…
Es interesante y a mí me sorprendió también cuando lo leí, la historia va contando una dictadura previa por el gobierno que se supone es Estados Unidos y ahora habrá un nuevo gobierno que verán si coincide o no con sus intereses y si la derrocan o no, demostrando cómo la intervención internacional funciona de acuerdo a intereses, es un añadido inesperado que será consumido por millones de espectadores en todo el mundo.

Hay múltiples referencias a Argentina y el Río de la Plata, ¿aportaste alguna de esas ideas?
A mí me pasaron traducido mis diálogos y textos, y pensá que esto es una multinacional, y cada paso del camino está supervisado por 27 personas, es decir que cuando me llegaron ya habían sido trabajados por un montón de personas, aun así, le planteé a James que había cosas que yo pensaba que se decían distintas o que podrían tener otros aportes, sobre todo si queríamos mantener esa cosa del acento rioplatense y la mirada rioplatense. Había supervisores argentinos en el set cada vez que había personajes hispanos.

¿Cómo fue la conexión con Margot?
El trabajo con ella fue muy divertido, es una excelente actriz que se tira a la pileta a la primera, tenía el personaje muy agarrado, realmente se notaba que es Harley Quinn y que lo viene haciendo hace rato, además es una compañera muy generosa y muy humilde, es muy fácil trabajar con ella, no hay nada a lo que de entrada diga que no, realmente para mí fue una experiencia enormemente gratificante, muy divertida y muy bonito verla trabajar a ella también, porque tiene al personaje agarrado desde algo muy lúdico y muy a la mano, muy lindo de ver.

¿Cuál fue el principal desafío de encarnar el rol?
Todos estamos en un lugar entre el realismo y la farsa, todo colocado muy arriba, muy al límite, y justamente el riesgo y el reto era no pasar el límite, que tenga dosis de verosimilitud y realismo, que no quedara como una caricatura. Todos son arquetipos de y trabajamos para que no quedara sólo eso, ese fue el reto de la creación del personaje.

¿Qué otros desafíos u objetivos tenes aún pendiente como actor?
Como actor muchos, porque si bien he tenido la suerte de poder colaborar en distintas producciones europeas, españolas, americanas, de viajar por el mundo con mi trabajo como actor y eso es siempre muy gratificante, hay muchos retos y personajes por construir y muchos lugares a los que como actor me gustaría llegar. Ahora mismo estoy embarcado en otra cosa, voy a dirigir mi primer largometraje, también escribí el guion, y esto es algo que nunca había hecho, es algo que me apetece mucho, por ser el dueño de contar una historia que quiero contar, eso es lo más inminente, ahora estoy en preproducción y eso es mi próximo reto y algo que me hace muchísima ilusión.

¿Era algo que tenías pendiente?
En el teatro lo he podido hacer, escribo teatro, y pude contar las historias que me gustan y hace tiempo que quería hacer lo mismo en cine, pero es un proceso largo, porque el cine es caro y hay que encontrar los fondos para hacerlo, pero por suerte lo pude hacer y con un muy buen reparto, así que muy ilusionado de verdad.

¿Qué recuerdos tenés de Martín (Hache) a casi 30 años de su realización?
Es una de las películas, y puedo decirlo de pocas que hice en mi vida, que me cambió la vida. Un actor a lo largo de su vida, si le va muy bien, si tiene mucha suerte, por ahí puede hacer dos o tres películas que queden, si hay algo de lo que hice que creo que pueda quedar es Martín (Hache), porque es una de esas películas que pasa el tiempo y hablan de algo que resulta pertinente, habla de algo que todavía tiene sentido, de las relaciones entre padres e hijos, de toda una generación, de los sueños que llegaron hasta un lugar con un enorme coste emocional, todo un peaje político e ideológico que se pagó para llegar a un lugar, y una generación gastada por la ambición de los sueños. Es una película que cada tanto vale la pena revisitar, porque además creo que Adolfo Aristarain dejó una gran parte de sí mismo con una enorme generosidad, escribir eso implica un acto de enorme generosidad porque te estás desnudando, poniendo una gran parte de ti mismo, y creo que él lo hizo, como guionista, como director, fue muy generoso para su elección con nosotros, con Federico Luppi, que cada año que pasa lo extraño más, y con Cecilia Roth y Eusebio Poncela, que creo que en algunos casos logramos nuestras mejores interpretaciones, no puedo tener más que buenas palabras con esa película que fue para mí muy importante y con Adolfo que es uno de los mejores realizadores de habla hispana.

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