Cine Gaumont - 8 Puntos
Crítica de “Leopoldo Jacinto, vida de campeón”, el homenaje a Luque de Matías Riccardi
Riccardi logra con su ópera prima hacer un sentido homenaje al futbolista campeón del mundo en 1978, recientemente fallecido de Coronavirus.
Es difícil hacer una gran película de un gran hombre, pero aún más difícil es hacer una gran película de un hombre común, querido por todos y profundamente humilde, que supo llegar a lo más alto de su carrera. Ese desafío emprende Matías Riccardi con Leopoldo Jacinto, vida de campeón (2019) con la figura de Leopoldo Jacinto Luque, el no tan recordado goleador de la selección argentina campeona del mundo en 1978.
Se trata de un personaje desconocido por el gran público, tal como demuestra una encuesta callejera en el inicio de la película, detrás de Mario Kempes o Daniel Passarella de aquel recordado equipo de Menotti. El hombre de 70 años andaba por Mendoza haciendo mandados o saludando vecinos como vemos en el inicio “ficcionalizado” del documental.
Es que el film no es solamente un documental. Está narrado por el propio Leopoldo Jacinto, quien se enfrenta a sus recuerdos, recreados con una idílica reconstrucción de época, para elaborar una biopic del histórico centrodelantero.
Su relación con su familia, con su maestra del primario, sus inicios en su querido club Unión de Santa Fé, aportan los momentos emotivos del film. Pero también se trata de un film deportivo, con el sacrificio y la pasión por el deporte en primer lugar, pero sobre todo con la superación personal como clave en la dificultosa carrera por el campeonato mundial.
El mundial de fútbol organizado en Argentina es el punto álgido en la estructura de este relato. Riccardi desarrolla la crónica diaria del torneo, partido por partido, con los obstáculos físicos y emocionales que Luque debió afrontar. La muerte prematura de su hermano, la quebradura de su antebrazo, y su fuerza personal para seguir adelante y reintegrarse al equipo pese a todo.
La gesta construida en aquel campeonato del mundo posiciona a Luque en el podio de los ídolos nacionales en materia deportiva, con la mística futbolera y su capacidad sobre humana para sobreponerse a la adversidad.
La reciente muerte de Leopoldo pone en relieve este trabajo, siendo uno de los pocos -sino el único- film que recupera su figura, la idealiza y humaniza con igual admiración.
