El director colombiano se presentará en Séries Mania

David David explora la diversidad en “Vida de Colores”

“Hace algunos años que estoy reflexionando sobre cómo se pueden crear imaginarios sobre el ser colombiano lejos de las narco novelas. A mí me pesa mucho, porque creo que afecta al colombiano en general, que está viendo acotada su imagen”, cuenta a EscribiendoCine.

David David explora la diversidad en “Vida de Colores”
El director barranquillero David David
El director barranquillero David David
martes 20 de julio de 2021

A punto de presentar en festivales de Argentina su largometraje La Frontera (2019), el realizador David David llevará su serie Vida de Colores (2021); una celebración a la diversidad, al prestigioso festival Séries Manía, convirtiéndose en el primer colombiano en participar de la muestra.

Estamos acostumbrados a que en el último tiempo a que nos lleguen “narco novelas” únicamente, así que es interesante ver otros productos…
Hace algunos años que estoy reflexionando sobre cómo se pueden crear imaginarios sobre el ser colombiano lejos de las narco novelas. A mí me pesa mucho, porque creo que afecta al colombiano en general, que está viendo acotada su imagen.

¿Sensaciones de participar de Séries Mania?
No tenía muchas referencias, porque estuve abocado al cine, asociado a Pro Imágenes, que nos ayuda a seguir produciendo películas y ellos no lo tienen en su radar. Una amiga me incitó a que aplicara al Festival cuando supo que tenía la serie en producción, apliqué con una mezcla de ilusión e ingenuidad, y una vez que llegó la invitación, mis sentimientos y emociones han ido en ascenso, porque además tengo la oportunidad de abrir un camino para otros realizadores de aquí, al ser la primera serie colombiana que participa de un evento como este. Creo que la serie refleja imaginarios alejados de los estereotipos que generalmente se exportan, sabiendo que los que se acerquen, por otros motivos, se chocarán con colores y celebración de la diversidad y eso me encanta.

¿Cómo surge el proyecto?
Es el proyecto de realización más corto de mi corta experiencia. Estaba promocionando La Frontera, que llevé a Egipto, y el día de la premiere aquí se tuvo que cancelar el estreno por la pandemia, y como realizador me frustré. Luego me llegó la convocatoria, de la televisión pública, precipitada, pero providencial, con un proceso super rápido, incluyendo desarrollo y ejecución al poco tiempo. Yo presenté una idea y al quedar tuve que desarrollar todo el proyecto rápidamente. Al ganar, sentí el abismo por todo el trabajo que había que hacer y afortunadamente se pudo. Hay una parte, que no tiene que ver con la producción, asociada a mi depresión por la imposibilidad del estreno y la pandemia, creyendo que sólo me pasaba a mí. Un día me topé con la historia de una chica trans, Alejandra Monocuco, era trans, afro descendiente, portadora de HIV, prostituta, que murió con sospecha de COVID-19, cuando en la primera etapa de la pandemia había aún mucha ignorancia sobre la enfermedad, y no la quisieron atender por su pasado y la sospecha que tenía del virus, eso me caló profundo, porque uno sabe que es privilegiado, pero hay personas que no pueden contar su historia. Esa fue la semilla del proyecto, iba a tener el protagónico de la chica trans pero luego ingresó Yerit y me enfoqué en él, trabajando la relación entre ambos.

Más allá que ellos estan solos, el uno para el otro, la serie trabaja con varios tópicos asociados al trabajo, el esfuerzo, el estudio, generando esperanza sobre el progreso y también sobre las disidencias…
He madurado en mis últimos proyectos el contexto y además tuve la férrea convicción de contar historias en mi país, porque al final las luchas pueden ser muy parecidas en otros países, pero los contextos son otros, y al conocerlos, uno puede ser más efectivo a la hora de narrar. Esto lo aprendí a las malas, con mi primer corto, La Princesita, sobre una nena enferma de cáncer qeu tuvo una transición al plano espiritual a través de una princesa de cuento que su abuela le decía antes dormir. En ese caso mi contexto tenía que ver con la cultura que había absorbido, no la propia, y el corto podría haber sido otra cosa.

El casting es clave ¿cómo encontraste a los protagonistas?
Del primer casting que hice para mi primer corto me quedó en claro que uno tiene que buscar personas y no personajes, porque si no lo asociás a lo que está en el guion y le ponés candados a los mismos, descartando a personas capacitadas para hacerlos. Aquí las características de los personajes y la pandemia expandieron la convocatoria, el de Yerit lo hice sólo para el Caribe y el de Alma, internacional. A Yerit lo encontré en mi ciudad, por eso creo que es providencial, porque es un lugar muy conservador y machista y no pensé que iba a encontrar a Camilo Ochoa, que luego de hacer la serie, comenzó a mostrarse como en ella, si bien le gustaba hacerlo, perdió el miedo al hacer el personaje. Pamela Bocanegra había quedado en primera instancia y cuando se le pidieron nuevas pruebas nunca las envio porque se traspapeló el correo. Más adelante lanzamos una nueva convocatoria y a ella le llegó y entendió que era un llamado para estar en Vida de colores.

¿Cómo tenés pensado continuar el relato con todas las líneas abiertas que se plantean?
Te respondo con total sinceridad, empecé el proceso hace poco más de un año, involucrándome en todas las áreas, y al ser para un canal público, esto no estaba planteado. No me ilusioné con esta opción y por eso no me lancé aun a hacerlo concienzudamente. Terminé hace una semana todo, incluyendo un videoclip de la canción de la serie, por lo que aún no me senté a pensar nada.

Tenés que hacerlo…
Sí, porque además me agradecen mucho la representación que se hace en la serie, y en paralelo estoy pensando en la historia de Juan Daniel, que coreografió la serie, él es gestor cultural, coreógrafo, se ha destacado en su carrera, pero su familia lo rechaza, y por fuera lo celebran, pero a él le pasa esto. A veces pensé construir la historia de una manera que pueda ampliar el panorama de personajes, cambiando de perspectiva, por ejemplo.  Esta historia me abrió la cabeza hacia otras historias que quiero contar. Porque también me ha pasado, por ejemplo, de ir modificando cosas, como el personaje de Jose, que originalmente era una chica, y cuando conocí a Ever Pérez, que lo interpreta, entendí que tenía que sumarlo como el amigo, por esa chispa y desparpajo, un nivel de compinchería único con Yerit, quebrando el estereotipo de que un chico no binario debe relacionarse con chicos no binarios o con chicas, fue un descubrimiento para mí también para continuar salir del molde al relato.

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