Crítica de "Sexo/Vida", el infumable bodrio porno soft del momento

La historia, narrada desde la voz en off de su protagonista, Billie (Sarah Shahi), presenta a una hermosa joven mujer, madre de dos hijos, y casada con Cooper (Mike Vogel), un muchcho de físico envidiable, tan dulce que empalaga, y exitoso en todo lo que emprende. Todo es soñado en esa familia. La casa, la ropa que usan, el ambiente en el que se mueven, el amor que entre todos se brindan. Como la familia Ingalls en un 2021 sin pandemia. Todo parece ser demasiado perfecto para ser real. Pero hay un problema: el sexo no es bueno.

Basada en las memorias autopublicadas de BB Easton 44 chapters about 4 men y creada por Stacy Rukeyser, los ocho episodios de Sexo/Vida navegan sobre una pregunta ¿alcanza el amor si el sexo no es suficiente? La respuesta no la encontraremos precisamente acá. 

La vida fantástica de Billie parece no estar en sintonía con su vida sexual y la ansiedad que le provoca dicha situación le hace fantasear y revivir los buenos momentos de sexo salvaje que mantuvo con Brad (Adam Demos), un ex novio tóxico. Esos recuerdos dejan de serlo cuando el susodicho en cuestión regresa para hacer tambalear la vida perfecta de la pareja imperfecta.

Con un casting de buenos cuerpos de gimnasio pero de malos actores (malísimos), este folletín porno soft berreta apela al sexo y a los desnudos constantes (la inversión en vestuario es casi nula), la mayoría de las veces sin ninguna lógica, para llenar todas las inconsistencias de un guion hueco, vacío, reiterativo, que nunca puede despegar del suelo y que a medida que avanza, de la misma manera que lo hace su protagonista, se dirige hacia un abismo donde todo carece de sentido, lógica y coherencia. Sin dudas el bodrio (erótico) del año que se convirtió en un éxito de audiencia inexplicable.