Crítica de “La Guerra del mañana”, el viaje en el tiempo de Chris Pratt para salvar al mundo

Pareciera una utopía, pero así como en algún momento la quimera de sueños que fue el cine reflejaba un espíritu y clima de época, en algunas ocasiones se recupera esa idea para desarrollar desde el género propuestas “esperanzadoras” en momentos oscuros.

Así, La Guerra del mañana (The Tomorrow War, 2021), se concibe como un espectáculo ideal para el momento de la pandemia en donde se avizora una salida a uno de los momentos más complicados que ha vivido la humanidad en su conjunto.

La anécdota, simple, efectiva, que viabiliza este mensaje “esperanzador”, tiene a Dan (Chris Pratt), un científico que trabaja como docente en una escuela secundaria, gris, apocado, que aún espera una oportunidad para demostrarle a todos sus verdaderas capacidades y conocimientos, los que, distan mucho de solo impartir clases a jóvenes que no les interesa aprender nada.

Perdiendo la gran oportunidad de un puesto en una corporación, por su experiencia casi escasa, pero también por haber desarrollado su carrera y educación en el ámbito público, un día, inesperadamente, es convocado por seres del futuro para salvar al mundo de su posible extinción en 30 años.

No hay rebusque, no hay complicaciones en la fluidez narrativa, al contrario, La Guerra del mañana explicita y comenta su narrativa con una simpleza apoyada en la gran pirotecnia visual y el cambio temporal con el que convivirán sus protagonistas.

La acción comenzará al enfrentar las fuerzas del bien con las del mal, unas inmundas criaturas alienígenas que, gracias a super fuerza y habilidades, diezmarán al ejército del presente que pondrá toda su inteligencia física y emocional para comprender qué es lo que realmente deben hacer para terminar con esa amenaza del futuro que pone en jaque a todos y en todos los planos temporales.

En el ida y vuelta, Dan, además, se transformará, revirtiendo ciertos aspectos negativos de su vida, que se irá enterando a medida que avance la historia, desarrollando una moraleja en la que, independientemente de su accionar como “salvador de la humanidad”, evidenciará la moralina que sí o sí debe estar presente en un relato de estas características, en donde se exige que no sólo sea un padre de familia ejemplar, sino, que, además, debe tener determinadas fortalezas supra valores del american way of dream.

Pratt, que produce también la propuesta, se rodeó de un elenco coprotagónico que potencia el relato, demostrando también su habilidad para entender qué es lo que el público y la industria le piden como figura central de una historia de estas características, una de ciencia ficción, en donde los aliens, en un momento como el que vivimos, vuelven a ser la otredad que ataca al hombre, dejando por un tiempo tranquilos a los rusos, latinos, árabes, que COVID mediante, los dejaron de amenazar.