Russian Film Festival - 7 Puntos

Crítica de “El francés”, revisionismo histórico ruso sobre la vida cultural clandestina en la URSS

Este drama histórico en blanco y negro durante el período del deshielo de Nikita Jrushchov, narra las desventuras de un estudiante francés que en 1957 viajó a Moscú a estudiar y tuvo la oportunidad de sumergirse en la vida cultural (la oficial y la clandestina).

Crítica de “El francés”, revisionismo histórico ruso sobre la vida cultural clandestina en la URSS
sábado 12 de junio de 2021

Pierre Duran (Anton Rival) viaja a estudiar a la URSS para realizar un posgrado en la Universidad Estatal de Moscú, donde desarrollará una investigación sobre el Teatro Bolshoi. Pero el año en tierras soviéticas será también una excusa para conocer el entorno de su madre, una ciudadana rusa que abandonó el país en 1931, y a su padre, el oficial zarista Tatischev, quien fue arrestado en los años 30.

En el periplo conoce a la bailarina Kira Galkina (Evgenia Obraztsova), de quien se enamora, y al fotógrafo Valeri Uspenskii (Yevgeny Tkachuk). Con ellos en una suerte de Jules et Jim (1962) soviética, logra inmiscuirse en la vida cultural rusa, tanto la oficial (el ballet y las pinturas realistas) como en la clandestina (la pintura de vanguardia o el jazz). 

El francés (Frantsuz, 2019) describe de manera muy gráfica las sensaciones y sentimientos de los jóvenes de la URSS a fines de la década del cincuenta. Una clima enrarecido luego de la vigésima convención del partido comunista y tras el festival de la juventud en Moscú. Los contrastes entre los jóvenes y los adultos, quedan patentes entre el aire de libertad de los primeros y el agobio de los segundos producto de un panorama gris (reflejado en el estético blanco y negro) percibido desde la posguerra en adelante. 

El espíritu crítico ayuda a entender los pormenores de una sociedad compleja desde el otro lado de mundo. El film trasmite la frialdad del clima pero también en la relación entre las personas y un Estado controlador. La burocracia y la extrema observación de la población dan una sensación melancólica a la película, que muestra a sus habitantes frustrados y rendidos. La mirada extranjera del protagonista ayuda a adentrarnos en esta apática realidad, por la cual el joven estudiante pierde poco a poco el entusiasmo.

La película de Andrei Smirnov recupera un período no tan conocido de la URSS para el resto del mundo. Retratado en varias ocasiones por el cine occidental con sus habituales intereses  pero pocas veces visto desde el propio cine ruso, que muestra su mirada de los hechos, decidido aquí a reflexionar sobre su pasado.

Una mirada introspectiva sobre la historia que el cine ruso nos ofrece, y que llega a nuestro país del mismo modo que la también en blanco y negro Leto (Summer, 2018) de Kirill Serebrennikov, Funeral de Estado (State Funeral, 2019) de Sergei Loznitsa y la ganadora del BAFICI La nariz o conspiración de los disidentes (Nos Ili Zagovor Ne Takikh, 2020) de Andrei Khrzhanovsky.

7.0
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