Crítica de "Moreno", de Ernesto Ardito

Con numerosos documentales sobre intelectuales y artistas argentinos, Virna Molina y Ernesto Ardito dedican su último largometraje a la figura del político Mariano Moreno cuya creencia acérrima en la libertad y la igualdad de los pueblos hizo posible la Revolución de Mayo de 1810.

Crítica de "Moreno", de Ernesto Ardito

Moreno (2013) es un recorrido historiográfico en donde el oscuro entramado de conspiración y traición política del pasado es representado en clave de suspenso y la materialidad de la película inaugura una poética personal.

En tiempos del Virreinato del Río de la Plata, el territorio entero era sometido al orden absolutista de los colonizadores, como también el indio lo era a la explotación de esclavos. Así, las reiteradas escenas donde las comunidades autóctonas eran masacradas fueron, ante la indignación de Moreno, el síntoma que avizoró la urgencia de una revolución independentista.

Inspirado en los valores de la revolución francesa, Moreno se lanzaría a marcar el 25 de Mayo de 1810 como la fecha más importante de la historia nacional, siendo esta la razón misma por la cual, tiempo después, el joven moreno de 31 años sería envenenado en una misión diplomática a Inglaterra. Una historia contada a través de las cartas de su mujer María Guadalupe Cuenca, la biografía de su hermano Manuel y la voz de algunos familiares e historiadores.

Moreno es el resultado de un arduo proceso reconstructivo sobre un revolucionario del cual, sea por el desinterés de sus descendientes o el intencionado ocultamiento de la historia oficial, muchos documentos y registros físicos fueron extraviados. ¿Cómo contar la vida de alguien a quien la historia misma se ha empeñado en borrar? A las trabas impuestas, Molina y Ardito –galardonados con 27 premios internacional por Raymundo (2003) y Corazón de Fábrica (2008)- responden con un documental magistral por donde se lo mire.

Con la clara idea de cómo contar historias, esta dupla de cineastas encaran cada uno de sus trabajos desde la perspectiva de un realizador integral, el cual se caracteriza por participar en todos los rubros que hacen a una película: guión, dirección, producción, fotografía, cámara, dramatización, distribución. En este sentido, Molina y Ardito construyen un estilo fotográfico propio que, a lo largo de sus producciones, se destaca por una materialidad plástica como si capturaran la historia al interior de una pintura. El uso de lentes macro y teleobjetivos que resaltan texturas y delicados detalles visuales en el centro de la escena. O bien, la supremacía de cuerpos fragmentados que, sea en encuadres cerrados, fuera de foco o puestos en contraluz, son recompuestos en un montaje que combina lecturas performativas, sonido ambiente y música incidental.

La película Moreno, ganadora del concurso del INCAA sobre el Bicentenario de la Revolución de Mayo en el 2010, sugiere una lectura profunda sobre el hombre de la independencia nacional, a la vez, que invita al espectador a una experiencia estética conmovedora.

9.0
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