Oscar al Mejor Documental - Netflix

Crítica de “Mi maestro el pulpo”, el documental de Netflix ganador del Oscar

Con imágenes majestuosas que sólo la tecnología contemporánea puede brindar, el film es un festival de colores, ternura y fantasía sobre el vínculo entre un hombre y un pulpo.

martes 20 de abril de 2021

Ni perros, ni monos, ni leones, ni serpientes. Un pulpo es el animal elegido para seguir de cerca y estudiar su comportamiento por el productor y protagonista Craig Foster, quien se sumerge en las aguas de un bosque marino cercano a la costa de Sudáfrica para registrar diariamente y durante un año a un pequeño pulpo.

Mi maestro el pulpo (My Octopus Teacher, 2020) podemos disfrutarla de dos maneras. En primer lugar por las increíbles imágenes que logra capturar, la variedad de colores y movimientos de la fauna marina genera una belleza visual extraordinaria en la película. Con unas cámaras y lentes que pueden sumergirse pero también hacer planos detalle de los tentáculos, es posible hacer una narrativa con la vida diaria de este molusco durante su año de vida. Las imágenes capturadas son realmente fascinantes.

Por otro lado, y quizás el mayor acierto de este trabajo, es que no está armado como un documental de Discovey Channel o Animal Planet. La solemnidad queda de lado para entrar en el relato en primera persona de su protagonista Craig Foster, un hombre conflictuado existencial y profesionalmente. El hombre relata en su oficina la historia mientras vemos las imágenes.

Con su relato aparecen los sentimientos y emociones transitadas por él, dándole matices y carga dramática a los acontecimientos, cuando el pulpo entra en confianza y nada sobre su mano, cuando huye de un peligroso tiburón que ataca al molusco, o cuando el animal marino procrea.

Este relato personal y en primera persona del hombre, logra que la película adquiera otra dimensión, al asociar su vínculo con el pulpo al vínculo roto que mantiene con su propio hijo, y también a las enseñanzas que el animal pueda darle sobre la importancia de valorar al mundo natural y su ecosistema.

En en este último punto donde Mi maestro el pulpo toma fuerza como relato ecologista, pro cuidado del medio ambiente y se separa de la mirada biológica cientificista sobre el estudio del animal. La película logra ser emotiva y pasional, obsesiva y muy sensible en su tratamiento con un mensaje claro desde el título: tenemos mucho que aprender de nuestros vecinos invertebrados.

8.0
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