Comunidad Cinéfila - 6 Puntos
Crítica de "Palestra", palabras y colores en el ritual de la depilación
Una película en tono de comedia y con un estilo teatral muy marcado, que se concentra en la conversación como elemento para generar climas y a la vez, encontrar la personalidad de cada uno de sus personajes.
Palestra (2021) dirigida por Juan Pablo Basovih Marinaro y Sofía Jallinksy, es una película con un estilo visual simple y a la vez obsesivo sobre el detalle, la corporeidad y la figura de lo femenino, además de tener un humor particular, se convierte en un relato que alcanza distintos niveles y matices.
Tres amigas (Verónica Gerez, Cecilia Marani y Constanza Herrera) se reúnen para depilarse con cera. Cada una con una personalidad distinta conllevan conversaciones sobre sus vidas y a la vez opiniones sobre situaciones actuales. Un fotógrafo (Sebastián Romero Monachesi) llega para retratar el proceso de depilación, pero será en la conversación donde crecerá la tensión entre él y ellas tres.
Desde el inicio la película muestra el estilo visual que maneja. Empieza por la cera como elemento principal, y además que será el motivo de reunión. Además, es la manera de organizar los planos para hacer hincapié sobre el detalle. Luego expone de manera obsesiva lo referido a la depilación y a los encuentros sexuales de la misma forma en que muestra los primeros planos y las demás posiciones de cámara. Haciendo de todo ello su propia estética visual.
Resulta interesante la mezcla de una actividad personal con las conversaciones que sostienen los personajes. La posibilidad de mezclar relatos y acciones un tanto alejados para hacerlos confluir en un mismo lugar. Así aparecer la forma teatral, que es lo más predominante. La palabra es un elemento importante también. Lo que dicen las tres amigas, y luego con la presencia del fotógrafo, termina por definir al cuerpo y a la conversación como los elementos centrales.
Asimismo, el humor particular de la película, negro y cercano a lo absurdo, de marcada provocación en la manera en que interactúan y se desenvuelven cada uno de ellos, le da ese aire de comedia de situación, aunque con un estilo muy personal. Un mundo que bordea lo infantil, al estar rodeado por juguetes de los 90s, pero que define los colores de la película. No sólo los colores propios de la imagen y del departamento sino también los colores que se profundiza con las discusiones, las reflexiones sobre diversos temas, sobre la mirada femenina y a la vez sobre opiniones acerca de situaciones y hechos actuales.
