Crítica de "The Souvenir", retrato de la clase alta brítánica de Joanna Hogg

The Souvenir es una obra ambigua  que desde primer momento deja percibir que ciertos personajes están puestos en la vida de la protagonista para descolocar e incitar cambios en su relación con el mundo y hasta con ella misma.. Es un retrato de dos personajes con educación privada: la estudiante de cine Julie (Honor Swinton Byrne) y su novio adicto a la heroína Anthony (Tom Burke), a quien conoce en una fiesta. Salen juntos a galerías de arte, como Wallace Collection, donde discuten sobre “The Souvenir”, el cuadro de Jean-Honoré Fragonard. Anthony cuestiona el deseo de Julie de hacer un documental sobre la clase obrera residente en Sunderland, una ciudad que padece la caída de la minería y de la construcción naval. Anthony valida la ambición artística de Julie, mientras ella le presta dinero constantemente, incluso después de descubrir su problema con las drogas duras. Ella empieza a pedirle dinero a su madre (Tilda Swinton); y donde Ken Loach habría encontrado una fuente de tensión y drama, Hogg decide tratar el tema de manera realista.

La directora parece despreocupada, ya que los acontecimientos se desarrollan con naturalidad. Vemos todo a través de la perspectiva de Julie y comprendemos lo que ocurre. Esto significa que algunas cosas son impenetrables. No sabemos si Anthony trabaja realmente en la Cancillería. La película se especializa en dejar espacio a la ambigüedad.

Julie, la pobre chica rica, es un personaje que lleva una vida de artista en alza. Tiene ideas y, en caso de que no funcionen, su madre la ayudará. Oímos la bomba de Harrods del 17 de diciembre de 1983, pero sólo para situarnos en el contexto temporal. La otra mención a Irlanda se produce durante una cena en la casa de los padres de ella, en Norfolk. Julie no se percibe a sí misma como una privilegiada porque no es aristócrata, se encuentra fuera de lo tradicional y ortodoxo.

Hay una escena particularmente interesante en The Souvenir que se revela a través de un plano inclinado que aparece tras una revelación argumental, pero lo realmente interesante es que a pesar de la descolocación generada, tanto visual como emocional, este recurso técnico no es usado nuevamente en cuánto el desconcierto por este detalle ya pasó, ya se normalizó: Hay comunicación en este juego de emparejamientos argumentales-visuales.

Hogg hace con The Souvenir su propia Dolor y gloria (2019), una historia introspectiva para deconstruir conceptos ligados a las relaciones y el crecimiento personal/profesional. Un cine para involucrarse emocionalmente con los planos y el deterioro que sufren los protagonistas.