Cine Gaumont
Crítica de "Se va a acabar", relatos sobre la resistencia de David Blaustein y Andrés Cedrón
Los cineastas dirigen un documental épico sobre la lucha sindical en plena dictadura a través de un relato compuesto por los testimonios de aquellos anónimos protagonistas.
La dictadura cívico militar argentina que gobernó el país entre 1976 y 1983 fue abordada cinematográficamente de disimiles maneras, aportando cada producción, más allá de sus logros estéticos y narrativos, miradas y testimonios sobre lo ocurrido en los años más oscuros de nuestra historia reciente. Se va a acabar (2021) es una muestra más de como el cine hace visible una historia sobre la resistencia de la que poco se conoce.
Dirigida a cuatro manos por David Blaustein y Andrés Cedrón, sobre una historia de este último, Se va a acabar se construye a partir de los testimonios de trabajadores y trabajadoras que, durante esos años, arriesgaron sus vidas participando en diversos conflictos sindicales. Personas anónimas que, en medio de la brutal represión, lucharon como pudieron y resistieron frente al terror impuesto desde el Estado.
En los minutos iniciales de la película una serie de intertítulos sobreimpresos dan cuenta de la inestable situación laboral de aquellos años. 700 mil puestos de trabajos industriales perdidos, 50 mil Pymes cerradas, una caída de 18 puntos en la participación de la distribución de la riqueza en la clase trabajadora (del 48 al 30%). Y un dato que impresiona: el 66 por ciento de los desaparecidos fueron trabajadores activistas y delegados sindicales. Una política económica que con los años se repetiría y en democracia.
La trama, dividida en capítulos con títulos que referencian un momento y estado particular, se compone de relatos. Carlos Leguizamón (delegado de la fábrica Cattaneo), Roberto Digón (secretario Gral. del Sindicato del tabaco), María Luisa Rodríguez (delegada textil- Alpargatas), Germán Valdivieso (delegado de subterráneos), Ana María Putelli (delegada bancaria) y César Loza (secretario Gral. Sindicato Portuario) mediante el recurso de la entrevista frente a cámara narran sus experiencias en la resistencia sindical. Mientras en paralelo se intercalan animaciones realizadas por Víctor Caballero y Leandro Piccarreta e imágenes de archivo que testimonian visualmente lo que los entrevistados ponen en palabras.
En casi dos horas de duración, el documental, que en un principio iba a ser una serie, gracias al trabajo de montaje del propio Cedrón, que le otorga dinamismo, y la imponente fotografía de Leonardo Val y Augusto De Antoni, que incluye escenas con drones, se completa con la envolvente música compuesta por Lolo Micucci y la participación musical de Juan Tata Cedrón y el Cuarteto Cedrón, que logran el clímax épico que la historia necesita para recordar el pasado, ejercer la memoria y hacer que el pasado no vuelva a repetirse.
