Comunidad Cinéfila - 9 Puntos

Crítica de “Los visionadores”, de Néstor Frenkel, el culto al cine argentino en VHS

La nueva ¿ficción? del director de 'Todo el año es Navidad' rinde culto al cine argentino clase B de los años ochenta y noventa visto -y disfrutado- en VHS.

miércoles 17 de marzo de 2021

¿Ficción? ¿Documental de archivo? Ni una cosa ni la otra, un divertido y placentero recorrido por el cine argentino bizarro producido en los años y visualizado en la videocasetera. Imágenes icónicas, diálogos imposibles, escenas ridículas son algunas de las cosas que se pueden apreciar en esta película.

Prima hermana de Un importante preestreno (2015) de Santiago Calori (que aquí actúa como uno de los jóvenes hipnotizados por las películas que descubre) y de Carne sobre carne (2007) de Diego Curubeto, Los visionadores (2021) tiene el don de encontrar el placer culposo por ver y conocer más de esas películas producidas como productos de consumo descartable pero que quedan grabadas en la retina del aficionado.

En otras ediciones del BAFICI hemos visto producciones americanas sobre el cine australiano de los años setenta en Not Quite Hollywood (2008), el cine de Roger Corman en El mundo de Roger Corman (Corman's World: Exploits of a Hollywood Rebel, 2011) o las producciones de la Cannon Films en Electric Boogaloo: la loca historia de Cannon Films (2014). Por suerte en Argentina hay quienes rescatan el mismo espíritu jocoso sobre la producción nacional dándole la posibilidad de inmortalizar y rescatar a ese cine clase B destinado al olvido. Y por supuesto, como los protagonistas, darlo a conocer a las nuevas generaciones.

En línea con El gran simulador (2013), Frenkel se obsesiona con el objeto retratado y plantea un juego con él, mezclando la ficción de los visionadores de las películas con los personajes de los films que miran. Ahí se destaca uno de los mejores momentos, porque si hablamos de personaje, el film rinde pleitesía a Rodolfo Ranni, el representante del Star System de los films parodiados/homenajeados.

Los visionadores alcanza niveles de humor sublimes que sólo el montaje preciso de fragmento tras fragmento de estas películas puede conseguir. La adicción como premisa (otro juego meta discursivo) atraviesa de manera transversal a una película que invita a ver -y devorar- más películas.

9.0
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