Netflix - 6 Puntos

Crítica de "Tigre blanco", de Ramin Bahran

Inspirada en el best seller homónimo de Aravind Adiga, "Tigre blanco" (The White Tiger, 2021), de Ramin Bahrani (99 homes), propone una mirada sobre el vínculo entre la fuerza laboral y jefes en el contexto particular de la India, en donde el destino de los individuos está determinado desde el día que nacen hasta su muerte.

Crítica de "Tigre blanco", de Ramin Bahran
jueves 28 de enero de 2021

Narrada en off a partir del protagonista, Balram (Adarsh Gourav), un hombre que desde pequeño supo que había algo más que hacer en el mundo que romper carbón en el negocio de té familiar, a partir de flashbacks y flashfowards se reconstruye el relato de la meteórica escalada desde la nada misma hasta la cima de un negocio multimillonario.

Contratado por un joven empresario llamado Ashok (Rajkummar Rao), Balram será el encargado de llevarlo y traerlo a su lujoso apartamento en India, en donde supuestamente este hombre lleva adelante algunos negocios con el gobierno. De a poco Balram comenzará a interiorizarse en la verdadera naturaleza de esos intercambios, urdiendo un siniestro plan para apoderarse de un botín que le cambiaría su vida para siempre.

Tigre blanco revisita un subgénero del thriller que tuvo en la reconocida Parasite (2019) o en Los dueños (2013) dos puntos importantes en donde se desarrollan relatos acerca de la apropiación y la envidia que comienza a generar en los protagonistas planes para quedarse con aquello que el otro posee y que termina siendo codiciado, en todo sentido.

En la transformación de los personajes protagónicos, y en el introducir el pintorequismo de la India, como así también sus “tradiciones” mafiosas, en donde el sistema de castas impone un límite a las vidas y las aspiraciones personales, cuando Tigre blanco olvida su origen literario y desarrolla en profundidad la psicología de Balram, es en donde la propuesta gana.Presentado inicialmente como un joven con anhelos, que se contraponen a los mandatos que su propia familia y la sociedad le quieren marcar como el camino ideal, con luminosidad y humor circundándolo, cuando la “oscuridad” comienza a apoderarse de su accionar, cansado de vivir bajo tierra, agachando la cabeza y diciendo que sí a todo lo que sus jefes le proponen, la película transita de manera ágil y potente un relato donde la lucha de clases, aún con sus estereotipos, revalida una lectura crítica sobre el estado de la sociedad en donde la extracción de la plusvalía termina extendiéndose a todos los ámbitos de la vida.

Emparentada con uno de los episodios de Relatos salvajes (2014), que analiza el preciso momento en donde un empleador cree que puede ser capaz de endilgar a su empleado la responsabilidad de alguna situación irregular, el punto de inflexión del relato, sirve, además, para que otros personajes, y no sólo el protagonista, consideren modificar la relación que mantienen con el poder y el dinero.Y allí es necesario destacar a Pinky (Priyanka Chopra), mujer de Ashok, quien, cansada de la manipulación por parte de la casta de su marido, y los manejos turbios que se esconden tras el hombre que ama, convertirá ese odio, a diferencia de Balram, en una válvula de escape definitiva para su libertad.

Escenarios exóticos, una mirada sobre la clase más baja de la India, alejada del oro y las luces que se venden en las producciones de Bollywood, aún en los lugares comunes y estereotipos, Tigre blanco se presenta como una crítica hacia el mundo del trabajo, los vínculos, y las relaciones laborales, en donde siempre, siempre, el patrón cree tener derechos supremos sobre los sujetos que contratan.

6.0
Temas de esta nota
Te puede interesar
Últimas noticias
MÁS VISTAS