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Crítica de "Cielo de medianoche", de y con George Clooney

Basada en la novela 'Good Morning, Midnight' de Lily Brooks-Dalton, la nueva película del director de 'Buenas noches, y buena suerte' y 'Operación monumento' es una desoladora parábola sobre la condición humana.

Crítica de "Cielo de medianoche", de y con George Clooney
miércoles 23 de diciembre de 2020

Esta historia futurista, post-apocalíptica y de ciencia ficción galáctica, transcurre en 2049 tres semanas después de la debacle ecológica que dejó al planeta tierra inhabitable. El científico Augustine (George Clooney) se queda sólo en una base del Artico intentando emitir y recibir señales a los sobrevivientes que se encuentran en el espacio. Sumido en una profunda depresión producto de una enfermedad que lo obliga a realizarse transfusiones diarias, el hombre busca alertar del peligro a la última misión espacial que intenta hacer base en la Tierra.

Cielo de medianoche (The Midnight Sky, 2020) es otra visión desencantada de la humanidad de George Clooney quien, delante y detrás de cámara, trata de alertarnos sobre los peligros que corre la humanidad con su manera de actuar individualista. La soledad en el espacio, en el polo norte, o en la misma nave espacial parece decirnos, es la puesta en abismo del ser, la soledad humana en toda su dimensión trágica. A lo largo y ancho de la trama el vínculo con el otro se presenta como el elemento fundamental para la subsistencia de la raza.

La película deambula entre la rutina de Augustine y la nave espacial que intenta descender, en donde viajan Sully (Felicity Jones) con sus compañeros de misión (Demián Bichir, Kyle Chandler, Tiffany Boone y David Oyelowo). Establecer contacto, es decir, comunicarse será la clave simbólica de la supervivencia. Mediante flashbacks vemos el plano familiar de cada personaje para comprender las necesidades fundacionales de sus actos: sobrevivir es tan importante como encontrar las razones para hacerlo.

Pero el mensaje humanista persiste detrás de un relato que no escapa a los recursos genéricos. Hay grandes escenas de aventuras propias de cualquier argumento de esta índole, sea en medio de una tormenta de nieve o propiciado por una lluvia de asteroides en el espacio. Escenas que remiten a toda la iconografía creada por cuanta película de naves espaciales exista. Recordemos que George Clooney participó de la fallida remake de Solaris (Andrei Tarkovski, 1972), de la que este film tiene algunos puntos de contacto y puede pensarse como una suerte de revancha por aquel mal paso.

Más allá de los valores mencionados, también es cierto que por momentos Cielo de medianoche parece no definir del todo su rumbo, sí volcarse por la espectacularidad propia de los universos futuristas de las producciones de Netflix o por la fatalidad existencial del cine de autor. En ese limbo queda flotando como sus protagonistas en el espacio.

7.0
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