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Crítica del corto de Yorgos Lanthimos "Nimic", con Matt Dillon

Se trata de un trabajo que apela al estilo trágico/enigmático que envuelve a su obra, gracias a la esteticista puesta en escena que desarrolla.

Crítica del corto de Yorgos Lanthimos "Nimic", con Matt Dillon
sábado 28 de noviembre de 2020

El director de La langosta (The Lobster, 2015), El sacrificio del ciervo sagrado (The Killing of a Sacred Deer, 2017) y La favorita (The Favourite, 2018), estrenó el cortometraje de 12 minutos con Matt Dillon que se puede ver en la plataforma Mubi.

Se trata de un hombre Dillon casado con hijos agobiado por la rutina hasta que un día en un viaje en subte pregunta la hora a una mujer que empieza a imitar todo lo que dice y hace. Lo sigue hasta su hogar y se presenta como si fuera la misma persona ante su familia pero en versión femenina.

Lo interesante en Yorgos Lanthimos es, como dijimos, la manera de presentar sus historias. Aquí las angulaciones están a la orden del día: las paredes curvas de su casa sobresalen gracias a la filmación con lentes cóncavos que resaltan y se asocian visualmente con las esquinas en la ciudad. Con este registro el plano parece “doblarse” sobre si mismo y en un solo golpe de vista la idea del eterno retorno se confirma.

Este recurso sumado al movimiento continuo de la cámara crea un efecto que justifica desde la imagen la repetición constante de la historia. La música de suspenso incisiva genera el resto: la sensación de tragedia al caer, propia de la obra del director griego, en la que el hombre común se mimetiza con su propia desgracia.

8.0
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