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Crítica de la remake de "Rebeca", una Rebeca para milenials

Las comparaciones son odiosas, ya se sabe. Pero resulta inevitable hacer la comparación con la versión original, siendo esta un clásico dirigido por Alfred Hitchcock. Más aún, si la nueva versión dirigida por Ben Wheatley apenas alcanza vuelo propio.

Crítica de la remake de "Rebeca", una Rebeca para milenials
viernes 23 de octubre de 2020

Ochenta años se cumplieron este año de la película que consagrará al maestro del suspenso en tierras americanas. El suficiente tiempo para que los cráneos de Hollywood vean con buenos ojos hacer otra versión y sacarle el rédito. Hay que decir también que no se trata de la película más asociada a la filmografía de Hitchcock como si sucede con Psicosis (1960) o Los pájaros (The Birds, 1963). Y, además, tiene la lógica de un best seller juvenil contemporáneo.

Con estos condimentos la historia de una dama de compañía (Lily James) que ingresa en el mundo de los millonarios al casarse con el Sr. DeWinters (Armie Hammer), un hombre que esconde un secreto asociado a su misteriosa ex esposa Rebeca y a la no menos enigmática mansión Manderlay. Pero el personaje de mayor importancia de este relato es la Sra. Danvers (Kristin Scott Thomas), la administradora de la propiedad y principal obstáculo de la protagonista.Una cuidadosa recreación de los años treinta, una historia sobre identidad que hace foco en un universo adolescente (y su conflictivo pasaje a la adúltez), son los condimentos de fondo para adaptar -nuevamente- la novela de Daphne Du Maurier en formato juvenil.

El relato es interesante pero Hitchcock había logrado un buen casting para darle enigma a personajes planos (Joan Fontaine, Laurence Olivier, George Sanders fueron los elegidos) y algunos recursos fantasmales bastantes cuidados que evitaban que la trama caiga en el melodrama convencional.Ben Wheatley, que viene del cine de terror fantástico (El ABC de la muerte) incorpora recursos digitales para crear el aire fantástico a la novela que, si bien algunos funcionan, no llegan a fusionarse con la trama e incluso, subrayan las emociones desmedidas del melodrama.

Incluso la recreación de la época produce distracción en vez de misterio sobre la mansión y sus extraños personajes. Kristin Scott Thomas es la única que logra impregnarle cierta ambigüedad al personaje de la Sra. Danvers, enriqueciendo la narración en sus intervenciones. Lily James mejora con el correr de los minutos y Armie Hammer dinamita cualquier posibilidad de emoción con su cara de nada. Pobre, tenía a Laurence Olivier de referencia.

Esta versión de Rebeca, una mujer inolvidable (Rebecca, 1940) no pretende hacer homenaje alguno al clásico de Hitchcock, sino adaptar con tintes contemporáneos la novela y sumarla a otros objetos de consumo masivo de la plataforma de la N. De manera intrascendente llega y así será olvidada.

4.0
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