Sin audacia

Guerra en el aserradero

Un film francés dispuesto a todo, capaz de mezclar gore, western, suspenso y drama, ya está disponible en Netflix.

Guerra en el aserradero
viernes 24 de abril de 2020
Un aserradero convive en el trabajo con su joven hija sordomuda. Él se ve envuelto en problemas con un grupo mafioso que nada tiene que envidiarle a los tipos más rudos de las películas de mafiosos. Ellos se dirigen en manada con la intención de atosigarlos, acorrararlos y sin pudor a que brote sangre.Guerra en el aserradero (La terre et le sang, 2020) es el reciente estreno de Netflix y la nueva película del director francés Julien Leclercq (Lukas). Como en algunas de sus anteriores obras, la construcción de un clima tortuoso, denso y atemorizante se combina con las escenas de acción más crudas y duras. Mutilaciones, apuñaladas, muertes y un cúmulo de litros de sangre es lo que aquí te espera. Sin embargo, no todo lo que brilla es oro. Guerra en el aserradero parece ser un microfilm, tal vez una versión acotada de otra película, ya que resulta incapaz de demostrar sinceros vínculos entre los personajes, enfrentándonos con una historia simple, sin destellos y a pura acción.Por momentos, una música suena de manera abrupta y te pone los pelos de punta. Allí te preguntarás si lo que estás mirando es en realidad un largometraje del género slasher, dónde el asesino persigue a su víctima por un campo. Julien Leclercq juega a través de estos recursos para no darte respiro y confirmar lo difícil que es encasillar en un solo género a determinadas películas. El hard-rock se combina con el western y el acierto está en que la tensión no afloja hasta el último instante.Rozando lo inverosímil, sin aportar algo novedoso, Guerra en el aserradero cumple con la premisa de entretener a todo aquel amante de los thrillers y nada más. Efectiva, pero sin audacia.
5.0
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