CINEAR - 7 Puntos
Crítica de "Las fronteras del cuerpo", film colectivo sobre la vida en pandemia
En épocas difíciles los artistas siempre encuentran nuevas formas de expresión ante las diversas coyunturas que los atraviesan. Pasó en 2001 con la crisis económica y vuelve a pasar ahora. Teatro, música, literatura... la cultura en general se ve afectada por la pandemia del Covid-19 y por supuesto que el cine no es la excepción.
Compuesta de 15 cortometrajes de entre 4 y 6 minutos, Las fronteras del cuerpo (2020) nace de una idea de los realizadores Andrés Habegger y Nicolás Alonso con la premisa de que cada uno de los convocados filme un microrelato en primera persona sobre cómo ve y siente el mundo en este momento tan particular, donde la vida, hábitos y costumbres de todos cambió de un día para otro. El tiempo establecido fue de 9 días, comprendidos entre el 4 y 12 de abril, tiempo máximo para narrar, filmar y editar cada uno de los cortometrajes cuyo formato, estética y narrativa correría a cargo de la elección del director y cuyo resultado heterogéneo en lo individual conformaría un film homogéneo en lo colectivo.
Si a todas las personas el confinamiento les afecta de manera diferente es natural que a cada realizador le suceda lo mismo. Por eso, el film en su conjunto puede ser leído como un compendio testimonial con tópicos diversos que abarcan la memoria, la soledad, la familia, la ciudad, el campo, la rutina, la vida, el amor y la muerte. Temas que se entrelazan con textos de Jorge Luis Borges, Olga Orozco, Alexander Sokurov, Rodolfo Kusch, Amanda Berenguer, Grace Ramsay, Hugo Mujíca, canciones de Divididos, Milton Nascimento, Medeski, Martin and Wood, imágenes tomadas con celulares o cámeras fotográficas de distintas marcas y modelos, y espacios reales de las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Entre Ríos, Santa Fe, Santiago del Estero, Neuquén y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires pintan un universo sobre el confinamiento y las limitaciones tan real como urgente.
Las fronteras del cuerpo resulta un ensayo audiovisual poético, construido a partir de la diversidad de miradas y pensamientos, que invita a reflexionar sobre la extraordinaria situación que nos atraviesa. El resultado final es un interesante ejercicio antropológico y filosófico sobre el encierro y la visión que a partir de ésta situación límite se tiene de un mundo exterior en constante tensión con el cuerpo.
Los 15 cortometrajes que integran Las fronteras del cuerpo son:
Amanece, de Andrés Habegger (Paternal, Ciudad de Buenos Aires).
Distancia, de Ana Fraile, (Saavedra, Ciudad de Buenos Aires).
Cercanía eterna, de Francisco Matiozzi Molinas (Rosario, Santa Fe).
Espacio sagrado, de Myriam Angueira (Villa Crespo, Ciudad de Buenos Aires).
Ping pong, de Nicolás Herzog y María Mir (Concordia, Entre Ríos).
Urdir, de Nahuel Vec (Palermo, Ciudad de Buenos Aires).
Ammonite, de Mariana Russo (Mataderos, Ciudad de Buenos Aires).
Pan de mí, de Nicolás Alonso (Villa Crespo, Ciudad de Buenos Aires).
Muro de pinos, de Mariana Belén Rodríguez (San Martín de los Andes, Neuquén).
La espina, de Mariano Raffo (Villa de Las Rosas, Córdoba).
Segundo piso, departamento 18, de Paulo Pécora (Constitución, Ciudad de Buenos Aires).
Tiempos otros, de Silvia Di Florio (Olivos, provincia de Buenos Aires).
Grecia, de Valentina Llorens (La isla de La Paternal, Ciudad de Buenos Aires)
Anochece, de Melina Terribili (La Banda, Santiago del Estero).
我們. WÅmen. Nosotros, de Víctor Cruz (Boedo, Ciudad de Buenos Aires).
