Sangrando

Bajo centro

Los directores Ewerton Belico y Samuel Marotta en esta ópera prima que es Bajo centro (2018), nos sumergen en un sueño de verano en Belo Horizonte, con todas las aristas propias del contexto que hacen de ese sueño un limbo que bordea la pesadilla.

Bajo centro
La narración pivotea entre dos amigos que recorren la ciudad entre charlas. Hay un recuerdo que los llena de miedo, que se relaciona directamente con la muerte y que se dispara mientras caminan noctámbulos, parece el irónico misterio de la película en el que todos sabemos de lo que está hablando, aunque nunca se explicite. Usa además una poética bastante cruda para hablar de forma política. Desborda conciencia sobre los entretejidos sociales y se aleja de las maneras de representación más vistas. Otro de los pilares estéticos utilizados con crudeza son los momentos musicales, aprovecha el lenguaje clippero y carga las escenas de un contenido muy denso. Desarma las herramientas que tiene el cine para narrar y las rearma según sus propias necesidades, hasta crear un discurso muy original y soberbio alejado de los convencionalismos. Dos hombres, sus respectivas novias, la noche y la música configuran el que quizás sea el verdadero vínculo detrás de los vínculos, y es el de ellos con el espacio. Como si el verdadero personaje omnipresente fuera la ciudad que los embebe en violencia y los arrulla de humanidad. La ciudad los condiciona y los pone en conflicto sobre sus propias identidades, los interpela y los modifica.
6.0
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