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Crítica de "Justicia brutal", la redención de Mel Gibson

En la película de S. Craig Zahler el veterano actor de películas de acción obtiene la chance de hacer un film que trae su fama de personaje maldito y la reutiliza a favor de la historia.

Crítica de "Justicia brutal", la redención de Mel Gibson
jueves 02 de mayo de 2019

En el mejor momento de su carrera Bruce Willis tuvo su Tiempos violentos (Pulp Fiction, 1994), sin embargo a Mel Gibson esa oportunidad le fue esquiva. 

Justicia brutal (Dragged Across Concrete, 2018) es un policial oscuro y reflexivo en el que la línea entre el bien y el mal no existen. Estamos en un mundo violento y los policías Brett Ridgeman y Anthony Lurasetti (Mel Gibson y Vince Vaughn) son recriminaos por el excesivo uso de la fuerza en un arresto. Suspendidos y sin dinero, deciden quitarle el motín a un poderoso delincuente. Pero en este policial realista y hasta por momentos existencial, nada será sencillo y el azar intervendrá con la misma violencia que las ansias de redención en los personajes.

Es cierto que Mel Gibson no podría interpretar este papel sin antes ganarse el mote de hombre rudo y cuasi maldito dentro de la industria de Hollywood. Sus conflictos legales y dichos antisemitas lo dejaron en esa posición. Ese aura que lo rodea es aprovechado por la película (Quentin Tarantino lo hizo con Bruce Willis y con John Travolta) que explota su figura en un personaje de mala fama que busca en su última y cuestionable hazaña la redención.

El director y guionista S. Craig Zahler hace todo bien: presenta el conflicto de manera fraccionada (sin llegar a los saltos temporales del film mencionado) construyendo empatía en el espectador por cada personaje en pantalla. Cada uno de ellos cuenta con el don de la casualidad que los lleva al violento lugar de los hechos. Todos tienen tiempo para una conversación existencial sobre sus deseos y anhelos -un tanto forzada en algunas ocasiones- que los humanizan y ayudan a comprender sus motivos.

Pero los verdaderos protagonistas son los personajes de Mel Gibson y Vince Vaughn, dos clásicos perdedores que se chicanean en cada conversación con dosis de humor sutiles. El policía veterano y el joven, en la pareja de policías dispareja de cualquier Buddy Film. La diferencia está en el mundo hostil y despiadado que la película elabora, con seres que no se mueven por códigos éticos o según la ley, sino por sus intereses individuales que resaltan sus miserias. En esas miserias los personajes se encuentran, del lado de la ley que sea.

Justicia brutal tiene cierto halo de capricho en las vueltas de su relato. Como si el azar del destino no comprenda de reglas de los géneros cinematográficos y sorprenda a los personajes con la violencia cotidiana. La trama se despliega a pura incertidmbre para llevar de las narices al espectador a uno u otro acontecimiento. El cómo está narrada es la marca distintiva de esta historia de brillante humor implícito que sorprende e impacta por igual.

9.0
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