Amistad sobre ruedas

Skate Kitchen

Desde Estados Unidos hasta la Competencia Internacional del 33 Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, llega Skate Kitchen (2018), segundo largometraje de Crystal Moselle (Wolfpack), film capaz de desarrollar una historia sobre los conflictos personales de un grupo mujeres adolescentes unidas por el skate.

Skate Kitchen
miércoles 14 de noviembre de 2018
Camille (Rachelle Vinberg) intenta realizar una maniobra arriesgada en su patineta. El salto sale mal. Ella cae sobre el asfalto. Su cara de dolor impresiona y la sangre que le recorre la pierna asusta. Ahí nomás nos damos cuenta que, por más obvio que sea, algo no salió bien. Un grupo de niños, todos masculinos, la acusan a Camille de que “está con su periodo” y “debe ir a higienizarse”. Palabras necias y acusaciones de origen machista. Camille se lastimó por esa pasión que posee al patinar y, pese a que muy pocos la comprendan, jamás va a achicarse.A través de las redes sociales, herramienta necesaria para explorar nuevas amistades y difundir actividades, Camille llega a contactarse con un grupo de patinadoras de su edad. A partir de ahí la protagonista no fuerza el encajar. Pese a no ser de New York, tal como la acusan las que la reciben, se comienza a forjar una amistad que fluye como si estuvieran bajando por medio de una colina. A través de los minutos que transcurren en la película la sorpresa es mayúscula. Esa fluidez natural nos da por pensar durante momentos si no estamos en presencia de un documental, de si Moselle no dejó la cámara prendida y el elenco interactuó sin percatarlo. Cuando uno comienza a indagar en esta cuestión salen a la luz distintos datos que te permiten entender un poco más todo. El grupo de Camille y sus amigas skaters es real. Son amigas en la vida. Andan en skate más allá de la ficción.No es para nada en vano repasar el anterior film de Crystal Moselle. Wolfpack, recibido con las mejores críticas en el 2015, es un documental que nos cuenta la historia de un grupo de hermanos protegidos por sus padres, aislados del mundo exterior, que se volcaron durante sus años de crianza a recrear películas. El cine se convirtió en su pasión. Skate Kitchen, pese a ser la primer película de ficción de la directora, tiene varios puntos que la asemejan a Wolfpack. El más necesario para remarcar es la importacia que se le da a la unión. Los valores que se obtienen por practicar una sana actividad y los lazos que estos pudieran forjar son claves compartidas en la hasta ahora breve filmografía de la directora. Otro punto de enlace entre sus dos obras es que Skate Kitchen es una ficción que bien pudiera contarse como un documental ficcionado, con un elenco de patinadoras reales y una naturalidad que traspasa la pantalla. Wolfpack, pese a ser un genial documental, bien podría confundirse con una especie de ficción en formato documental por lo tan increíble de su relato.Moselle nos brinda una obra transparente, necesaria y pasional sobre un grupo de amigas que andan en skate. La patineta vendría a posicionarse como ese elemento fundamental para que todo lo de alrededor se acomode y afirme la comunión del grupo. Ahora hay quién la entienda a Camille de que, si se cae y sangra, no es por su periodo. Los códigos expuestos por sus principios. La amistad por sobre todo.
7.0
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