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Crítica de "All Inclusive", la comedia con Alan Sabbagh y Mike Amigorena

Los hermanos Diego y Pablo Levy demuestran una eficacia absoluta a la hora de seguir las reglas de la comedia romántica.

Crítica de "All Inclusive", la comedia con Alan Sabbagh y Mike Amigorena
miércoles 03 de octubre de 2018

All Inclusive (2018) supone un salto de calidad en la filmografía de los directores porque sostienen lo mejor de sus films anteriores (Novias - Madrinas - 15 años y Masterplan).

Como en toda comedia romántica exitosa tiene que haber un gran personaje secundario. Sucede en La familia de mi novia (Meet the Parents, 2000) con Robert De Niro, en Un lugar llamado Notting Hill (Notting Hill, 1999) con Rhys Ifans, y en las comedias de Ariel Winograd con Martín Piroyansky. Este personaje puede ser el amigo gracioso del/a protagonista o puede ser el antagonista como en All Inclusive, con un genial Mike Amigorena como Gilberto, un brasilero insoportable que comanda la excursión de Pablo (Alan Sabbagh) y su novia Lucía (Julieta Zylberberg).

Resulta que Pablo compra un viaje a Brasil para patear para adelante el pedido de ella de tener un hijo. Pero sucede que antes de viajar es echado del trabajo y no se anima a decírselo. El tipo está molesto todo el viaje -que comparten con una pareja de lesbianas interpretadas por Marina Bellati y Mariana Chaud-, y el insoportable guía que interpreta Amigorena es la gota que rebalsa el vaso.

La película parodia las falsas tolerancias. Hay varias personalidades insufribles con las cuales el protagonista tiene que lidiar. Una es la pareja de la amiga de su mujer, un tipo que sólo sabe hablar de sí mismo y no tiene oídos para nadie más. La segunda son los inversores japoneses quienes, antes ser los poseedores del capital, tienen sus exigencias. La tercera es evidentemente Gilberto, el personaje de Mike Amigorena (que se come la película) como el prototipo de brasilero alegre las 24 horas y en constante estado de éxtasis, una bomba sexual para cualquier mujer.

Alan Sabbagh se pone en la piel de ese personaje impulsivo y de pocas palabras que le calza perfecto, mientras que Julieta Zylberberg es la chica perfecta para la comedia romántica: juntos demuestran en la escena de la confesión en el auto ser grandes actores y entender a la perfección la versatilidad que requiere el género, pasando de la comedia al drama con fluidez y naturalidad.

All Inclusive es también el salto a las ligas mayores de la dupla de directores, que cuentan con el humor absurdo de siempre –también aparece Ángel Andrés Calabria de Novias - Madrinas - 15 años en un pequeño papel- con el plus de explotar al máximo el imaginario de un viaje de placer, para invertirlo y transformarlo en un verdadero infierno.

La historia es la misma de siempre, la pareja feliz que atraviesa una crisis, se separa, y luego deberá reconquistarse. Pero a esa estructura hay que llenarla de condimentos exquisitos para que el plato funcione una vez más. Condimentos que son la sal de esta comedia.

8.0
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