La suave noche

Aún sigue en cartel Paterson (2016), fascinante película de Jim Jarmusch en la que un conductor se (nos) revela como un gran poeta. De esa combinación, cotidianidad y poesía, también está hecho el documental Perra Negra (2017), en donde conocemos la vida de Juan Carmona, que consiste mayormente en trabajar con la madera y cruzar algunas palabras con aquellos que eventualmente encuentre. La cámara de Rapoport y Bordenave cumple una de las premisas de todo buen documental; esperar que el acontecimiento suceda, no forzarlo. Y aquí la forma que encuentra el acontecimiento tiene que ver con lo singular, pero también con lo poético. Carmona tiene una voz amena, atravesada por su procedencia, la rusticidad de su entorno y la suavidad con la que transmite sus impresiones. Su decir conserva la nobleza del que se funde con la naturaleza porque la necesita, pero además la comprende. Casi como una confesión, el hombre entrega una serie de reflexiones poéticas con las que nos revela un auténtico mundo interior, que no necesitan ni de la rima ni de la métrica para tener calidad; le sobra calidez.Perra Negra, por otra parte, exige un espectador que esté predispuesto a “esconderse detrás del arbusto” para ver o escuchar lo que, en una mirada ingenua, es “un hombre trabajando”. Ingresar en la sensorialidad ajena, ser permeable a ella, dejarse afectar, encontrar en lo extraño lo reconocible, no necesariamente es una tarea sencilla. Colabora mucho el hermoso pasaje cordillerano, que aquí aparece alejado de todo sesgo preciosista o pintoresquista, y se transforma en un personaje más.