El mundo como una fábrica en desintegración

Cínicos

En Cínicos (2017), Raúl Perrone continúa (¿alguna vez la abandonó?) en la senda de la experimentación, tanto semántica como formal, para ofrecer un relato apocalíptico en un ambiente fabril.

Cínicos
lunes 01 de mayo de 2017
Hace cinco meses, “el Perro” presentó en Mar del Plata un film llamado Cump4rsit4 (2016), en donde la banda sonora in situ era fundamental, puesto que además de su partitura para la ocasión la película remitía al cine soviético mudo. En el último BAFICI, el director de Labios de churrasco (1994) y P3ND3JO5 (2013), entre tantas otras, se despacha con una suerte de fábula moral en donde mixtura un lenguaje sumamente poético con una estética deliberadamente caótica y desprolija. El escenario es una fábrica sobre la cual se sucederán secuencias vinculadas a una iconografía religiosa sumamente degradada.A esta altura, quien se aventura en la tarea de sumergirse en el cine de Raúl Perrone sabe que no es un cineasta complaciente. Las dos horas de duración (y, en buena medida, de “tensión”) de Cínicos exige un espectador activo, dispuesto a decodificar un aparato discursivo que lo bombardea, con citas a Enrique Santos Discepolo, Pier Paolo Pasolini y François Rimbau. Exige, además, colaborar con la tarea de encontrarle un sentido a cada personaje. Y no porque carezca de él, en absoluto, sino porque más que un personaje en su significado más clásico, aquí el “personaje” está atravesado por simbologías varias, textos ajenos, y la lógica interacción con los demás personajes. Hay uno equivalente a Jesucristo, otro que remite al anti Cristo, y la aparición de una suerte de María Magdalena en la piel de Paula Robles. Hay discursos apocalípticos (ideales para el ambiente en el que se enuncian, retratado en blanco y negro) y un trabajo de composición que demuestra oficio; se mantiene la predilección por los primeros planos, aquí ideales para poner en pantalla todo el pathos de las desesperadas criaturas.Cine experimental, sin concesiones, a contramano de las modas e, incluso, de la propia trayectoria de su creador. Cínicos es una nueva apuesta de #Persona,85], un cineasta que cada vez se asemeja más a un humanista desaforado. Quien ingrese a su cine podrá gustar o no de él, pero difícilmente saldrá indiferente de la sala.
7.0
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